Documental desvela a comandante americano que peleó con y contra Fidel Castro

Documental desvela a comandante americano que peleó con y contra Fidel Castro

Miami, 17 nov (EFEUSA).- Un documental rescata de la historia de la Revolución Cubana a un estadounidense que tras un pasado oscuro se reinventa en las montañas del Escambray, en Cuba, de donde baja victorioso como comandante, pero más tarde, desilusionado, desafía el rumbo comunista que Fidel Castro empezó a darle a la isla.

La producción «American Comandante», que presenta hoy el canal público PBS, «capta un momento de la Revolución del que poco se habla», aseguró a Efe su realizadora, Adriana Bosch.

«La Revolución Cubana (1953-1959) fue mucho más completa que la llamada ‘novela de Fidel’, habían muchas otras fuerzas y grupos luchando contra la dictadura de Fulgencio Batista», explicó la documentalista cubana.

William Morgan fue justamente uno de los personajes que «Castro y la historia de Cuba hicieron desaparecer porque no puede haber un héroe americano en la historia de la revolución», señaló Bosch.

«American Comandante» además le permitió a la documentalista recuperar las memorias del «guapo americano que amó a Cuba y peleó por su libertad», del que ella había escuchado hablar desde su niñez en la isla como una «figura mitológica».

Niño rico de Toledo (Ohio), Morgan procedía de una devota católica y disciplinada familia, aunque al final de sus días se alzó en armas y lideró uno de los victoriosos frentes para derrocar a Batista.

Bosch relata que se trataba de un muchacho intranquilo y aventurero que desde los 14 años, cuando huyó de su hogar para unirse al circo, comenzó una agitada juventud en la que fue expulsado con deshonor del Ejército estadounidense y se unió a la mafia en Ohio.

En 1954, Morgan era ya exconvicto y desertor, casado con una encantadora de serpientes y con dos hijos. Por esa época, a los 26 años, llegó a Miami para trabajar como payaso.

En la que ya se perfilaba como la capital del exilio cubano se entusiasmó con los jóvenes que querían ir a luchar por la libertad de la isla caribeña y comenzó a ayudar al abastecimiento clandestino de armas a la guerrilla en Cuba, a donde viajó en 1957.

Aunque el interés de Morgan era sumarse a las fuerzas de Fidel Castro en la Sierra Maestra, en el oriente, su destino fue el Escambray, en donde se formaba una nueva guerrilla al mando del comandante Eloy Gutiérrez Menoyo (1934-2012).

«Él llegó sin convicción, porque no tenía alternativa, como aventura, pero cuando llega a las montañas comienza a cambiar», explicó Bosch.

Este misterioso personaje, para entonces con muchos kilos de más, comenzó así su odisea en las montañas, valiéndose de lo aprendido en el circo y en el Ejército.

«Ellos lo aceptaron porque aceptaron que tenía algo que enseñarles», explicó la realizadora cubana.

Con su disciplina, valentía y la lucha por una misma causa, la libertad, conquistó el respeto de los revolucionarios y escaló como segundo al mando de más de 500 guerrilleros.

Un año en estas montañas le sirvieron para aprender español, casarse con Olga Rodríguez, la primera mujer en sumarse al II Frente Nacional del Escambray, pero especialmente para encontrar un aliciente a su deshonrosa vida.

Barbado y acompañado de Olga, Morgan bajó victorioso del Escambray, convertido en la atracción de los cubanos, que querían tocarlo, y de medios, como el New York Times, que lo tenían en sus portadas.

El «Comandante Americano», que además había liberado a la ciudad de Cienfuegos, era para entonces un fenómeno y aparecía con Castro, Ernesto «Che» Guevara y Menoyo en las fotografías de la victoria revolucionaria en 1959.

Al poco tiempo, además, el estadounidense se vio envuelto en una trama de espionaje que buscaba el derrocamiento de Castro y en la que estuvo involucrado el entonces dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo (1930-1961).

A Morgan le ofrecieron un millón de dólares por la cabeza de Castro, pero él prefirió revelar al líder cubano el plan y así «penetra y desbarata la conspiración» a través de una trampa, y salva de paso a un régimen en el que creía.

Sin embargo, pronto empezó a desencantarse de Castro y su enfoque comunista y comenzó a apoyar con armas a grupos de oposición al régimen castrista, que lo encarceló, enjuició y fusiló.

Tras su muerte, el 11 de marzo de 1961, a los 32 años, los archivos de Morgan fueron clasificados por el Gobierno estadounidense, que le había quitado la ciudadanía, y enterrados en el olvido por Castro, lamentó Bosch.

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