La bandera confederada desaparece del centro de Gobierno de Carolina del Sur

La bandera confederada desaparece del centro de Gobierno de Carolina del Sur

Washington, 10 jul (EFEUSA).- La bandera confederada fue retirada hoy del Capitolio de Columbia, capital de Carolina del Sur, tras más de medio siglo ondeando como símbolo del pasado, aún no completamente digerido, de segregación y esclavitud en el sur de Estados Unidos.

Una guardia de honor se encargó de arriar entre vítores la bandera confederada del recinto del Capitolio de Carolina del Sur, un hecho histórico que acaba con décadas de protestas por las connotaciones racistas de esta enseña del Sur secesionista.

El estandarte de los rebeldes sureños que lucharon en la Guerra Civil (1861-1865) para defender el mantenimiento de la esclavitud frente a la Unión, comandada por el presidente Abraham Lincoln, pasará a ser exhibida en un museo.

Centenares de personas se congregaron en los jardines del Capitolio para asistir al arrío de la bandera y celebrar el acontecimiento con gritos de «!Retírenla!» y «USA» (siglas de los Estados Unidos de América).

«La retirada de la bandera confederada de Carolina del Sur es una señal de buena voluntad, de cicatrización y un paso adelante importante para un futuro mejor», aseguró el presidente Barack Obama en su cuenta de Twitter.

El debate sobre los símbolos de la Confederación, que se había adormecido pese a ser considerado un símbolo racista, se intensificó con la muerte a tiros de nueve feligreses negros a manos de un joven con ideas supremacistas el mes pasado en una iglesia afroamericana de Charleston (Carolina del Sur).

El autor del tiroteo, el joven de 21 años Dylann Roof, veneraba la bandera confederada y símbolos de movimientos supremacistas blancos, y había escrito un manifiesto racista contra los afroamericanos.

El reverendo y activista afroamericano Jesse Jackson indicó hoy que la retirada de la bandera «demuestra que hay poder en la sangre de los mártires de Charleston».

La bandera confederada, que desde el siglo XIX ha ondeado en casas y edificios de toda Carolina del Sur como símbolo de rebeldía y orgullo sureño, fue izada en lo alto del Capitolio de Columbia en 1961, en la conmemoración del centenario de la Guerra Civil.

Aquel izado, por el cual la bandera confederada compartía mástil con la de «barras y estrellas» de Estados Unidos y la bandera del estado, se realizó en pleno movimiento por los derechos civiles de los negros como contestación simbólica a esa lucha contra la segregación.

Tras décadas de protestas, en 2000 la bandera rebelde pasó desde lo alto de la cúpula del Capitolio a un mástil en los jardines del Legislativo, pero activistas afroamericanos habían pedido durante años su eliminación total de un recinto que representa a todos los ciudadanos del estado.

La enseña confederada se enviará ahora a un museo militar en Columbia, donde se habilitará una sala especial para mostrarla a los visitantes.

El jueves, la gobernadora republicana de Carolina del Sur, Nikki Haley, firmó inmediatamente la ley acordada por el Congreso del estado para retirar la bandera confederada.

Haley dijo hoy en una entrevista con el canal NBC que ninguno de los ciudadanos del estado debería «sentirse dolido» y no sentirse representado al pasar por la sede del Legislativo y ver esa bandera.

Muchos de los que asistieron hoy al arrío de la bandera rompieron en lágrimas al ver como desaparecía ese símbolo racista, mientras que algunas asociaciones de descendientes de soldados confederados han lamentado la retirada de una insignia enraizada en las tradiciones del sur.

El debate originado por lo que representa la bandera y otros símbolos confederados se ha extendido a otros estados del sur estadounidense, e incluso a Washington, donde los republicanos protagonizaron este jueves un embarazoso rifirrafe sobre la enseña confederada.

Un grupo de congresistas republicanos presentó una inesperada enmienda a un proyecto de ley para financiar al Departamento de Interior que permitiría ofrendas de bandera confederadas en cementerios federales, algo que inmediatamente llevó a líderes republicanos a suspender el debate de esa legislación.

Ese incidente es otro ejemplo de lo difícil que resulta para los estadounidenses digerir aún su pasado de segregación y discriminación y las divisiones entre los estados esclavistas y antiesclavistas de la Guerra Civil.

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