Tucson (AZ), 20 ago (EFEUSA).- La ciudad de Tucson, en Arizona, celebra hoy 240 años desde su fundación y se muestra como una sociedad orgullosa de sus raíces y de las contribuciones de la comunidad mexicoamericana a la región.
«Tucson es una ciudad con una amplia historia, una de las regiones con asentamientos poblaciones más antiguos del los Estados Unidos», dijo a Efe Regina Romero, la primera mujer mexicoamericana electa al concilio de Ciudad de Tucson.
Aunque las tribus indígenas de Pima y Tohono O’odham son los descendientes directos de los primeros pobladores de la región, la tribu Hohokam, el misionero jesuita Eusebio Francisco de Kino fundó en 1700 la Misión de San Xavier del Bac, a escasas millas del actual asentamiento de la urbe.
Posteriormente, Hugo O’Conor al mando de milicias españolas estableció una fortificación que se conoció como Presidio Real de San Agustín el 20 de agosto de 1775 y que es el origen de la ciudad.
Esta población terminó conociéndose como Tucson, palabra derivada del idioma indígena papago que significa «al pie de la montaña del manantial negro».
Tras la lucha por la independencia en contra de la monarquía española, en 1821 Tucson pasó a formar parte de México.
Para después, en 1854, integrarse a los Estados Unidos tras la firma del tratado conocido como la Venta de la Mesilla.
«Tucson tiene mucha historia, rica en cultura, arqueología y tradiciones», aseguró Romero.
Actualmente la ciudad, que se encuentra a menos de una hora de la frontera con México, cuenta con una población de un poco más de medio millón de habitantes, de los cuales el 42 % es de origen latino, en su gran mayoría de origen mexicoamericano.
«Las contribuciones de la comunidad mexicoamericana han sido muchas para Tucson», dijo a Efe Anna O’Leary, directora del Departamento de Estudios Mexicoamericanos de la Universidad de Arizona en Tucson.
Indicó que esta fecha en la que se celebra la fundación de Tucson es ideal para reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de la comunidad latina en esta región.
«Gran parte de nuestra comunidad tiene lazos con México, ya sea familiares o comerciales», dijo.
En su opinión, la historia de la comunidad mexicoamericana en Tucson ha sido de continua lucha por lograr una justicia social.
«Hay muchas familias de amplias raíces en estas regiones», explicó O’Leary, que agregó que región era parte del territorio mexicano, por lo que estas no «cruzaron la frontera», sino que simplemente la «frontera los cruzó a ellos».
La educadora recalcó que Tucson se caracteriza por ser una urbe que trata de mantener sus relaciones comerciales y de cooperación con sus ciudades «hermanas» en México.
«Tenemos un entendimiento cultural que no se borra fácilmente, sobre todo con una frontera», opinó sobre la segunda ciudad más grande en Arizona y conocida por su arquitectura, que entremezcla el pasado y el presente.
La Catedral de San Agustín, en el centro de la ciudad, es un recordatorio a los visitantes de las raíces mexicoamericanas de esta región.
Sus altos edificios en el corazón de la ciudad son un toque distintivo, al igual que la estatua del revolucionario mexicano Francisco «Pancho» Villa en el parque conocido como 20 de agosto.
Alrededor del centro de la ciudad se encuentra el «Barrio viejo», una de los vecindarios mexicanoamericanos más antiguos de la ciudad.
Sus paisajes naturales, con gigantescos saguaros (una especie de planta desértica) y majestuosos atardeceres, son una atracción para los turistas que gustan de los paseos al aire libre.
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