Los Ángeles, 14 nov (EFEUSA).- Centenares de trabajadores, en su mayoría hispanos, salieron hoy a las calles de Pasadena, California, para pedir al Gobierno local que establezca el salario mínimo en 15 dólares la hora.
«Tienen que pensar que necesitan de los trabajadores que ganan el mínimo para que le limpien sus casas y cuiden sus hijos», dijo a EFE Rosa Balderas, oriunda de México.
La inmigrante y residente de esta ciudad, localizada al norte de Los Ángeles, apenas reúne cada mes cerca de 1.200 dólares y cuenta que comparte un apartamento de dos habitaciones con su hijo y otras siete personas.
«Mucha gente dice ‘váyase a vivir a otra ciudad’, pero es lo mismo, yo tengo trabajos de medio tiempo, no puedo con los costos de transporte, tenemos que vivir amontonados», relata.
El aumento del coste de vida en la turística Pasadena, sede del estadio Rose Bowl, y las diferencias sociales que propicia lo ha vivido en carne propia Angélica Salas, directora de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), una residente de esta ciudad desde hace décadas.
«Yo crecí en Pasadena y he visto como mucha de mi familia tuvo que irse de la ciudad, aún teniendo trabajos aquí. Hay distritos muy necesitados y la riqueza que se tiene debe ser compartida», enfatizó la mexicana, que agregó que los residentes de los distritos 1 y 5 son los mas afectados por las diferencias salariales.
Los manifestantes pidieron al Gobierno local emular la ordenanza aprobada recientemente en Los Ángeles, que fija el salario mínimo a 10.50 dólares por hora a partir de julio del próximo año, y lo eleva hasta 15 dólares la hora en 2020.
Al igual que la urbe angelina, las ciudades de Seattle, San Francisco, Oakland y Berkeley también aprobaron ordenanzas que estipulan aumentos graduales del salario mínimo.
El miércoles pasado, la ciudad, famosa por albergar el popular Desfile de las Rosas cada primero de enero, realizó su primera audiencia pública para discutir un incremento del salario mínimo, una propuesta que encuentra la oposición de algunas entidades locales.
Paul Little, presidente de la Cámara de Comercio de Pasadena, advirtió que el aumento podría llevar al cierre de varios negocios en el área y podría aumentar el desempleo.
Las estimaciones de la ciudad es que menos de 14.000 personas que viven en Pasadena trabajan allí mismo y el aumento del salario mínimo afectaría sólo a unos 4.000 de estos residentes.
La petición de incremento llega justo cuando un reporte de Marcus & Millichap asegura que las rentas en Pasadena se incrementaron este año en un 6,8 por ciento, con un promedio de 2,018 dólares al mes, y que la tendencia de alza continuaría durante el 2016.
«Mucha gente de esta ciudad tiene buenos empleos, pero no piensan en los que les servimos, también somos sus vecinos, deberíamos tener calidad de vida», insistió Balderas, quién emigró hace doce años de Puebla, buscando una mejor vida para ella y su hijo.
Pasadena no es la única ciudad del Sur de California que está analizando el aumento salarial. Santa Mónica, West Hollywood y Long Beach, de gran actividad económica, podrían llevar a votación el incremento del salario mínimo en el futuro próximo.
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