Dry Tortugas, la isla remota que fue prisión de un conspirador contra Lincoln

Dry Tortugas, la isla remota que fue prisión de un conspirador contra Lincoln

Miami, 23 jun (EFEUSA).- El lugar pudo haber sido escenario de un "thriller" como el de la "Fuga de Alcatraz", pero no fue el caso de Fort Jefferson, en la isla remota e inhóspita de Dry Tortugas, en el extremo sur de Florida, donde purgó cárcel un implicado en el asesinato de Abraham Lincoln en 1865.

A la cinematografiada película de suspense se le adelantó en el tiempo, como fortaleza y prisión de máxima seguridad, Fort Jefferson, construida en 1825 como bastión defensivo de EE.UU. y convertida, posteriormente, en prisión para criminales y desertores durante la Guerra Civil estadounidense (1861-1865).

El reo más famoso de esta fortaleza-prisión fue, sin duda, el médico Samuel Mudd, uno de los ocho condenados por conspirar para asesinar al decimosexto presidente de EE.UU., Abraham Lincoln, de cuya muerte se cumple este año el 150 aniversario.

Situada a 70 millas de Cayo Hueso, el punto sur más extremo de la península floridana, la lejana Dry Tortugas y sus siete islotes están reconocidos en nuestros días como Parque Nacional y protegidos como ecosistema único que atesora un valioso arrecife coralino y abundantes aves y peces.

El archipiélago de Dry Tortugas «tiene un enorme valor para el ecosistema del sur de EE.UU., en sus aguas viven organismos vitales para los peces y crustáceos como la langosta de los cayos de Florida», destacó a Efe James W. Fourqurean, director del Departamento de Ciencias Biológicas del Centro de Investigación del Medioambiente del Sureste.

El también profesor de Universidad Internacional de Florida (FIU) apuntó que la construcción en el siglo XIX de la fortaleza de Fort Jefferson tuvo un «impacto negativo» y se «dañó mucho el fondo» con la «construcción de una base para grandes barcos».

Pero ese, prosiguió, es ya un «hecho remoto» y hoy, lo importante, es «reducir al mínimo el impacto de los visitantes a las islas y la fortaleza», aunque «existen reglas que protegen este santuario marino».

El dato que todavía muchos desconocen es que la impresionante fortaleza de Fort Jefferson, de seis pabellones, construida en 1812 con 16 millones de ladrillos rojos hechos a mano, fue el lugar de encierro de Mudd, quien en 1865 protagonizó un fracasado intento de fuga.

Arrestado tras el asesinato de Lincoln por el famoso actor John Wilkes Booth (simpatizante de la Confederación), Mudd fue condenado a cadena perpetua por su presunta implicación en el magnicidio.

No obstante, la permanencia del médico en esta prisión no duró mucho tiempo. Mudd se convirtió en una suerte de héroe entre la población reclusa y las autoridades por su actuación durante una epidemia de fiebre amarilla que se desató en 1867 en la prisión.

En febrero de 1869, el presidente Andrew Johnson, quien desempeñó la vicepresidencia con Lincoln, firmó una orden de perdón para que Mudd, casado y padre de nueve hijos, fuese puesto en libertad.

Hoy, los visitantes pueden contemplar la oscura y húmeda celda de la fortaleza donde estuvo preso el médico, quien relató a su esposa en una carta desde la cárcel las duras condiciones de su confinamiento.

«Tenemos un agujero excavado en el suelo y pequeñas zanjas. Después de cada lluvia, nuestras celdas sufren terribles filtraciones de agua y no es inusual tener que vaciar diariamente diez o doce grandes cubos llenos de agua», explicó en la misiva.

Durante este tiempo, Mudd compartió sus horas de presidio con otros 2.500 reos.

Entre 1888-1900, Fort Jefferson pasó a ser un centro del Servicio de Hospitales de la Marina para casos de personas en cuarentena, además de ser utilizado como base militar en 1898 en la guerra hispano-estadounidense.

Con esta rice legado histórico, Fort Jefferson recibió en 1935 la designación de Monumento Nacional y, en 1992, por orden del entonces presidente George W. Bush, el estatus de Parque Nacional.

El problema, para Jerald S. Ault, profesor de Biología Marina y Pesca de la Universidad de Miami (UM), radica en que la acción humana y otros factores han situado el «70 % de la población de especies marinas por debajo del nivel que se considera sostenible» en los cayos.

De hecho, estas aguas contienen entre el «30 y el 60 % de las huevas de las cuatro principales especies de pargo y mero», que suponen el 60 % de la industria pesquera de Florida, que genera 6.000 millones de dólares a la economía del estado, resaltó a Efe Ault, de la Facultad Rosenstiel de Marina y Ciencias Atmosféricas, de la UM.

Fue el español Ponce de León en su exploración del Caribe el primer europeo en descubrir, en 1513, Dry Tortugas y sus siete inaccesibles islotes rodeados de prístinas aguas, arrecifes de coral y grandes cantidades de tortugas, lo que dio origen al nombre de «Las tortugas».

También convirtieron los piratas estas islas en refugio y base marítima donde prepararse para abordar los barcos mercantes españoles que atravesaban, en los siglos XVII y XVIII, las aguas del Golfo de México.

Actualmente, no muchos conocen que este enclave único de Florida, abierto al ocio para la práctica de actividades acuáticas y el turismo, alberga una fortaleza y prisión marcada por la muerte el sufrimiento y las enfermedades.

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