Se aleja del corazón de Los Everglades una polémica exhibición aérea

Se aleja del corazón de Los Everglades una polémica exhibición aérea

Miami, 8 jul (EFEUSA).- La amenaza de una exhibición aérea bienal sobre el corazón del humedal de los Everglades, el mayor y más importante de EE.UU., se aleja de este ecosistema único, tras confirmar hoy el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, que buscará otro lugar para el espectáculo.

La posibilidad de la realización de una exhibición aérea en la Reserva Nacional de Big Cypress, en el citado condado, había movilizado a los ambientalistas y defensores de los Everglades comprometidos en mantener el esplendor del humedal alejado de la actividad humana.

Giménez había avanzado en marzo pasado los planes de «explorar» las posibilidades de realizar una gran exhibición aérea aprovechando la existencia de una pista de aeropuerto construida a finales de la década de 1960 en Big Cypress.

Pero el resonante plan con escasa información de un espectáculo aéreo en esta delicada marisma de Los Everglades al estilo del París Air Show, una de las ferias más importantes de este sector, se ha desinflado finalmente.

El regidor del condado indicó al Departamento de Aviación su deseo de que «explore la posibilidad de acoger la exhibición en la Base Aérea de Homstead, en lugar de hacerlo en el Aeropuerto de Entrenamiento y Transición de Dade-Collier (TNT)», confirmó a Efe John Heffernan, director de comunicaciones del Departamento de Aviación del condado de Miami-Dde.

En pleno corazón de Big Cypres se dibuja todavía la invasora y solitaria pista de dos millas de largo y concreto concebida en esos años como la primera fase de la construcción de un fallido aeropuerto que ocuparía 39 millas cuadradas.

De no haber sido vetado por el presidente estadounidense Richard Nixon, tras la presión de los ambientalistas y el estudio de un comité de científicos, la realización del proyecto hubiera tenido unas consecuencias devastadoras para este ecosistema subtropical que atesora la mayor riqueza ecológica del país.

Ambientalistas y conservacionistas de la importante organización Audubon Florida, comprometida en la restauración y protección de este hábitat, aplaudieron el cambió de criterio de Giménez.

«Respaldamos la decisión del alcalde de no usar Big Cypress como lugar para la exhibición aérea y mantenerla alejada de los Everglades, que ya han sufrido bastante. Es la forma correcta de proceder», destacó a Efe Celeste De Palma, directiva de política ambiental de Audubon Florida.

Las sombras que arrojaba la elección del destino inicial en Big Cypress no eran pocas. Y la preocupación y rechazo de los conservacionistas crecía ante el evidente impacto negativo que acarreaba sobre los Everglades.

Y es que este humedal único en el mundo (hábitat de caimanes y cocodrilos) sigue en permanente amenaza por la contaminación del suelo por las «malas prácticas agrícolas» en general, el «desarrollo urbano desmesurado, el cambio climático y la subida del nivel del mar», explicó la activista.

Hoy todo el mundo está de acuerdo en que los Everglades son un tesoro nacional, el más famoso humedal de la tierra con una asombrosa variedad de vida: osos negros, barracudas, pavos, águilas calva, caracoles, mariposas, plantas carnívoras, más de 300 clases de pájaros, además de más de un millar de tipos de árboles y plantas.

«Definitivamente, se debía buscar otra zona para esta exhibición aérea, antes que realizarla en medio de este ecosistema que estamos intentando restaurar y proteger», señaló a Efe, por su parte, la científico Tabitha Cale, responsable del área de protección de los Everglades de la Sociedad Nacional Audubon.

Para Cale, el mejor método de combate a los efectos del cambio climático en los Everglades, entre otros la subida del nivel del mar, es «continuar con la restauración» de este ecosistema natural que, hasta el siglo pasado, ocupaba la mayor parte del sur de Florida, desde Orlando a los cayos, en el extremo sur del estado.

Los científicos coinciden en apuntar al fenómeno de salinización de los acuíferos, a consecuencia del aumento del nivel del mar, como uno de los más graves problemas que afrontan los Everglades.

«Tenemos que lograr que el agua dulce que baja de la cadena de lagos y ríos del norte empuje el agua salada, entre por el suelo poroso de piedra caliza y expulse el agua marina de los huecos que quedan al sacar agua de los acuíferos», apostilló De Palma.

Por ello, resulta clave «restaurar el flujo de agua fresca» de Los Everglades, un ecosistema actualmente dos veces mayor que el estado de Nueva Jersey pero que ha desaparecido en su mitad original, apuntó.

De Palma hizo un llamado a las autoridades locales, estatales y federales para que el proyecto a largo plazo de restauración de los Everglades cuente en todo momento con los fondos necesarios, aunque el dinero que llega «sigue siendo más bajo de lo que nos gustaría para su conservación».

Esta «vasta e inútil marisma», como la describieron en el siglo XIX, es hoy un tesoro nacional, un icono cultural protagonista de novelas, cómics, series de televisión (CSI: Miami) y, por supuesto, las populares postales del estado en que aparecen caimanes y cocodrilos.

Es tal la riqueza ecológica de los Everglades que han sido designados Patrimonio de la Humanidad, Reserva Internacional de la Biosfera y Parque Nacional, un refugio único para millares de aves zancudas que emigran todos los años desde lugares tan remotos como la Tierra del Fuego.

Una vasta extensión de marismas y arroyos que, hasta bien entrado el siglo XX, era «tan desconocida para el hombre blanco como el corazón de África», como escribió el historiador Frederick Jackson Turner.

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