Indocumentadas inician huelga de trabajo en centro detención de Pensilvania

Indocumentadas inician huelga de trabajo en centro detención de Pensilvania

Washington, 11 jun (EFEUSA).- Un grupo de madres indocumentadas inició esta semana una huelga de trabajo en el centro de detención para familias inmigrantes de Berks, en Pensilvania, para denunciar abusos y exigir a las autoridades su libertad y la de sus hijos.

«Ya no puedo más. Mi niño llora y dice que ya no quiere estar aquí. Él siente más el encierro porque su abuela está de visita en Maryland con visado de turista y quiere reunirse con ella», explicó una de las mujeres retenidas en una grabación difundida hoy por la organización defensora de los derechos de los inmigrantes «Juntos».

La mujer, originaria de Guatemala, prefirió no dar su nombre por miedo a «represalias» y aseguró que ha sufrido tratos injustos desde que ingresó hace más de un año en el centro de detención con su hijo de 9 años, que -según denuncia- ha tenido varios problemas de salud y no ha recibido atención médica adecuada.

Según Fernanda Marroquin, miembro de la organización Migrant Power Movement, este trato «inhumano» ha llevado a las madres a declarase en huelga y negarse a completar las tareas que tienen asignadas en el centro de detención, gestionado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés).

El pasado 23 de abril, 17 de las madres ya enviaron una carta a las autoridades migratorias para denunciar las condiciones en las que viven y exigir su liberación y de la de sus hijos, así como ser tratadas con respeto y dignidad.

«Estamos aquí (en Estados Unidos) porque no tenemos ninguna otra opción y porque no queremos volver a nuestros países para esperar a ser asesinadas y a que nuestros hijos acaben en orfanatos», sostienen las madres para pedir a Estados Unidos que les otorgue asilo porque sus vidas corren peligro en sus países de origen.

De ser liberadas, las madres se comprometen en su misiva a continuar con el proceso judicial que se les abrirá por haber llegado de forma ilegal al país y se muestran dispuestas a seguir los pasos necesarios para poder residir de forma legal en EEUU.

Estas nuevas protestas llegan después de que un grupo de madres detenidas en el centro para inmigrantes de Karnes City, en Texas, protagonizaran dos huelgas de hambre durante varios días de marzo y abril para alertar de las condiciones en las que viven y exigir su liberación.

Tras llegar al poder en 2009, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cerró todos los centros de detención para familias inmigrantes del país, pero la oleada de indocumentados durante el último año fiscal provocó la decisión del Gobierno de volver a usar instalaciones de este tipo para disuadir nuevas llegadas.

Según datos oficiales, más de 66.000 menores de edad no acompañados y un número similar de personas en unidades familiares cruzaron la frontera sur de Estados Unidos durante ese periodo, huyendo la mayoría de la violencia y el narcotráfico en sus países de origen, El Salvador, Guatemala y Honduras.

En octubre pasado, una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió de que la detención de familias supone «una respuesta inadecuada» a una crisis humanitaria y dijo que la reapertura de estos centros es «un retroceso» en la política migratoria de EEUU, tras visitar el centro de Karnes City.

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