Denver (CO), 21 jul (EFEUSA).- El inmigrante Arturo Hernández salió hoy de una iglesia "santuario" en Denver tras nueve meses de refugio al recibir un carta de las autoridades migratorias que consideran "de baja prioridad" su deportación a México.
«Es un gran paso estar con mi familia gracias a este cambio de inmigración que me dice que mi caso ya no es prioritario», indicó Hernández a la prensa.
El inmigrante dijo que la lucha va a continuar, «no solamente por mi caso, sino también por todas aquellas familias que siguen siendo separadas por las autoridades de inmigración».
«Nos sentimos felices por Arturo y por su familia. Es un día glorioso. Los activistas y los fieles hoy estamos llenos de gratitud», declaró el reverendo Mike Morran, pastor de la Primera Sociedad Unitaria de Denver, donde estaba refugiado el inmigrante.
«Gracias a todos lo que están aquí hoy y a todos los que me acompañaron. Hoy doy un paso hacia adelante. Hoy salgo del santuario», dijo Hernández, padre de dos niñas.
La autoridades de inmigración en Denver habían confirmado en enero pasado la deportación de Hernández, al negarse a reabrir el caso.
La orden de deportación fue emitida como consecuencia de una denuncia contra Hernández por presunta violencia en un lugar de empleo, caso que falló a su favor.
Hernández García ingresó legalmente a Estados Unidos en 1999, proveniente de México, pero luego se quedó dentro del país tras el vencimiento de su visa.
Otros dos indocumentados refugiados en santuarios del país son la mexicana Rosa Robles, quien cumplirá un año el próximo 7 de agosto en una iglesia en Tucson, Arizona, y la activista guatemalteca de la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transexual (LGBT) Sulma Franco, en Austin, Texas, refugiada desde junio pasado.
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