Pagan a jóvenes latinos para asistir a clases y obtener buenas calificaciones

Pagan a jóvenes latinos para asistir a clases y obtener buenas calificaciones

Denver (CO), 4 ago (EFEUSA).- Ante la creciente necesidad de encontrar maneras efectivas de ayudar a estudiantes en desventaja, escuelas y organizaciones caritativas coordinan sus programas para pagar a los estudiantes por asistir a clase y completar las tareas, y la iniciativa parece tener éxito.

En Denver, por ejemplo, la organización no lucrativa El Aprendiz del Maestro paga a jóvenes hispanos de 18 a 24 años para que obtengan una certificación para convertirse en electricistas o plomeros, entre otras profesiones, y les garantiza además oportunidades laborales al completar las diez semanas de estudios.

Y en Greeley, en el norte de Colorado, los varones latinos de la Escuela Secundaria Central que necesitan clases de refuerzo reciben un estipendio por parte del Programa de Recuperación Estudiantil (SRP, en inglés) por los días que acuden al aula y por cada unidad que terminan, sin límite máximo de ingresos.

«Encontramos que pagarles a los muchachos para que tomen clases es una manera de construir un puente entre ellos y una capacitación básica en carreras técnicas altamente lucrativas», dijo a Efe el empresario Scott Flores, fundador de El Aprendiz del Maestro.

«Pero además les proveemos experiencia laboral y los ayudamos a crear su camino en una carrera que les permitirá eventualmente llegar a la independencia financiera», agregó.

Debido a que muchos de estos jóvenes, ya sean inmigrantes de primera o segunda generación, deben trabajar para mantenerse o ayudar a su familia, pagarles para que asistan a clase no significa «comprar su presencia», sino «eliminar un importante obstáculo que de otra manera les impediría siquiera iniciar una carrera», explicó.

La organización de Flores les paga a los estudiantes 150 dólares por semana durante diez semanas, más una beca de 500 dólares para cubrir el costo de los libros y herramientas que necesitan para comenzar un programa formal como aprendices en la ocupación de su elección.

Además, la organización cubre los costos de preparación de un currículo de vida, de obtención de los certificados y documentos necesarios relacionados con los estudios, e incluso del entrenamiento para entrevistas de empleo.

Omar Padilla recientemente completó esas clases. Nacido en México, su madre lo crió desde niño en un difícil barrio de Denver donde, dijo, «los tiroteos y las pandillas estaban siempre presentes».

«Participar del programa fue una gran experiencia porque me encontré con gente que se preocupó por mí. El programa es lo suficientemente pequeño como para mantener contactos personales y para prepararse para el mundo real», dijo Padilla.

«El dinero me atrajo y me ayudó, pero luego comprendí que eso no era lo más importante. Lo más importante es que había gente que confiaba tanto en mí que decidió invertir en mi futuro. Eso me hizo reaccionar de otra manera», explicó.

Padilla, de 20 años, puntualizó que su niñez y su infancia resultaron tan duras que nadie en su familia, ni siquiera él mismo, pensaba que podía «llegar a lograr algo».

«Pero luego pensé que yo tenía que hacer algo para que mi madre se sintiese orgullosa de mí. Dejar de trabajar para ir a estudiar era imposible para mí, porque yo ya vivía solo. Por eso me favoreció que me pagasen para ir a las clases», comentó.

Por su parte, el Distrito Escolar 6 de Greeley-Evans, un área con un 30 % de población hispana, tienen un enfoque distinto.

Con la ayuda de SRP, las escuelas de ese distrito identifican a los varones latinos de grado 10 (16 años) «con alto riesgo de no completar la escuelas secundaria» debido a la pobreza, la falta de respaldo familiar u otros factores.

SPR invita a esos muchachos a tomar ocho semanas de clases durante el verano en la Universidad del Norte de Colorado. No solamente esas clases son gratis, sino que los participantes reciben 5 dólares por cada día de asistencia y de 15 a 25 dólares por cada unidad de estudio, dependiendo de la complejidad del tema.

Desde que se creó en 2009, el 81 % de los muchachos que pasaron por el programa luego se graduaron de la escuela secundaria, comparado con un índice de graduación general del 77 % en Colorado y con un 62 % de graduación entre varones latinos de este estado.

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