El Supremo de EEUU aboga por mantener neutralidad sobre estatus de Jerusalén

El Supremo de EEUU aboga por mantener neutralidad sobre estatus de Jerusalén

Washington, 8 jun (EFEUSA).- El Tribunal Supremo abogó hoy por mantener la política de neutralidad que propugna el Gobierno sobre el estatus de Jerusalén, ciudad que se disputan israelíes y palestinos y sobre la que Washington ha rechazado adoptar una posición durante décadas.

Con seis votos a favor y tres en contra, la máxima instancia judicial del país ha rechazado una petición que habría permitido a los estadounidenses nacidos en Jerusalén haber estampado en sus pasaportes de EEUU el nombre de «Israel» como su país de procedencia.

Con este fallo, el Supremo pone de relieve la autoridad del Ejecutivo y, en concreto, del Departamento de Estado para decidir sobre la política exterior del país por encima del Congreso.

«El presidente tiene la facultad exclusiva de otorgar reconocimiento formal a un ciudadano extranjero», destacó en su fallo el juez Anthony Kennedy, encargado de redactar el veredicto.

En el centro del caso se encuentra la petición que formuló la familia de Menachem Zivotofsky para que en el pasaporte de su hijo, de 12 años y nacido en Jerusalén de padres estadounidenses, apareciera la palabra «Israel» además de la de «nacido en Jerusalén».

El Gobierno norteamericano tiene una política firme y de larga data de neutralidad acerca de la nación o naciones que pueden reclamar su soberanía sobre Jerusalén como propia, y sostiene que cualquier documento oficial estadounidense en el que se incluya a Jerusalén como parte del país hebreo socavaría esa política.

El Departamento de Estado afirmó, al presentar, el caso que «cualquier acción unilateral de los EEUU que señale, de forma simbólica o concreta, el reconocimiento de Jerusalén como una ciudad dentro del territorio soberano de Israel comprometería gravemente la capacidad de los Estados Unidos para trabajar con los israelíes, los palestinos y otros en la región para promover el proceso de paz».

De haberse pronunciado a favor de los demandantes, el Supremo habría obligado al Departamento de Estado a cambiar su política de neutralidad que ha mantenido durante 60 años, desde que Washington reconociera al estado hebreo en 1948.

Para emitir su veredicto, el alto tribunal examinó la constitucionalidad de una ley que el Congreso aprobó en 2002 para que el Departamento de Estado permitiera estampar «Israel» en los pasaportes de sujetos nacidos de padres estadounidenses en Jerusalén.

En aquel momento, el entonces presidente, George W. Bush, tuvo que firmar la ley, pero acompañó la rúbrica con una declaración en la que condenaba la decisión del Congreso al considerarla «una injerencia inaceptable» en el poder que la Constitución confiere al Ejecutivo para reconocer a las naciones extranjeras y sus gobiernos.

En el mismo sentido se ha pronunciado en varias ocasiones el actual presidente, Barack Obama, para reclamar su autoridad en política exterior.

De hecho, el último choque entre Obama y el Legislativo se produjo el pasado mes de marzo, cuando el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, invitó unilateralmente al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a pronunciar un discurso en el Congreso.

En su polémica intervención ante el Legislativo, justo antes de las elecciones legislativas en el país hebreo, Netanyahu criticó las negociaciones del G5+1 (EEUU, China, Rusia, Francia y Reino Unido más Alemania) con Irán para un acuerdo sobre su programa nuclear.

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