Bernardino León abandona gestión de la ONU en medio de controversia personal

Bernardino León abandona gestión de la ONU en medio de controversia personal

Naciones Unidas, 5 nov (EFE).- Después de catorce meses buscando una solución para uno de los conflictos armados más complicados, el diplomático español Bernardino León termina como mediador de la ONU en Libia envuelto en una fuerte controversia sobre su nuevo empleo

«Podría haber hecho las cosas de una forma distinta», afirmó León en un primer contacto con los periodistas desde que un diario británico reveló este miércoles un posible caso de conflicto de intereses durante los últimos meses de su gestión.

León lo reconoció en declaraciones a los periodistas desde el mismo lugar en el que, el pasado 10 de marzo, la precandidata presidencial estadounidense Hillary Clinton aceptó por primera vez su error por el uso de una cuenta privada de correo electrónico.

León, de 51 años, que lleva trabajando en funciones públicas desde hace más de dos décadas en España, en la Unión Europea y en la ONU, abandonará su puesto como enviado especial para Libia en los próximos días, envuelto en una fuerte polémica.

El diario británico The Guardian reveló el miércoles que, al menos desde junio pasado, León estuvo negociando las condiciones de su nuevo empleo como director de la Academia de la Diplomacia de los Emiratos Árabes Unidos.

Para entonces aún seguía siendo enviado especial de la ONU, un puesto para el cual inicialmente se había comprometido por un año y que, en principio, iba a abandonar el 1 de septiembre, aunque las gestiones aún pendientes justificaron una prórroga.

The Guardian, citando una serie de documentos privados, incluyendo correos electrónicos que el diario atribuye al diplomático, revela acciones de su gestión y algunas de las condiciones económicas de su futuro puesto en Abu Dabi.

Esas funciones, según el diario, suscitan dudas sobre la imparcialidad de León, teniendo en cuenta que los Emiratos Árabes Unidos están indirectamente involucrados en el conflicto armado libio apoyando a uno de los bandos.

Esta controversia dominó gran parte de la rueda de prensa diaria que ofreció hoy Stéphane Dujarric, el portavoz del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y, por supuesto, las propias declaraciones de León en los pasillos de la ONU.

León anticipó que esa controversia iba a opacar lo que, en otras condiciones, habría sido una evaluación final de su gestión, y se mostró dispuesto a responder todas las preguntas, en inglés, a pocos metros de una reproducción del Guernika de Picasso.

Señaló que en todo momento había seguido los procedimientos de la ONU, dijo que su nombramiento en la diplomacia emiratí fue un proceso «transparente» pero, sobre todo, afirmó que de ninguna de sus acciones puede derivarse parcialidad en la gestión.

Atribuyó las filtraciones a la compleja negociación que le tocó encabezar y algún supuesto intento de afectar las conversaciones que llevaba a cabo para formar un gobierno de unidad en Libia, un país profundamente dividido.

León, que entre otros puestos ha sido secretario general de la Presidencia del Gobierno de España, afirmó que después de una carrera intensa necesitaba un «puesto más calmado» y dijo que el que tendrá ahora es «fundamentalmente académico».

«No hay conflicto de intereses (…). Tengo que trabajar en algún lugar», insistió.

En otra parte de sus declaraciones, León dijo que había sido contactado por The Guardian para explicar las razones que podrían estar detrás de los correos electrónicos que había recibido el periódico, pero al final no hubo oportunidad de hacerlo y la información fue publicada.

Según The Guardian, el pasado lunes León negó al periódico haber asumido el puesto emiratí y el miércoles dijo por correo electrónico que no había firmado ningún contrato y sólo se trataba de «conversaciones».

El periódico sostiene que León pidió al diario que congelara la publicación de la información y se ofreció a explicar la situación, pero antes de que ello sucediera se hizo el anuncio oficial de su nuevo puesto en los Emiratos Árabes Unidos.

El portavoz de Ban, en la rueda de prensa, recordó que los enviados especiales como León deben evitar que la búsqueda de un nuevo puesto de trabajo «impacte» en sus funciones vigentes, pero defendió totalmente la gestión del diplomático español.

La controversia empaña el final de la gestión de León en Naciones Unidas, pero, además, se produce en un mal momento para la ONU.

Y es que el pasado 6 de octubre fue detenido en Nueva York el expresidente de la Asamblea General John Ashe por un escándalo de corrupción durante su gestión, en 2013 y 2014, por supuestamente aceptar sobornos de empresarios chinos.

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