China apuesta por el G4 y la Ruta de la Seda para impulsar la paz afgana

China apuesta por el G4 y la Ruta de la Seda para impulsar la paz afgana

Pekín, 26 dic (EFE).- China avanzó hoy en sus esfuerzos de mediación en el proceso de paz de Afganistán al recibir en Pekín a su ministro de Asuntos Exteriores, Salahuddin Rabani, con quien acordó impulsar las negociaciones del G4, formado por ambos, Pakistán y EEUU, e ir recuperando a ese país en la Ruta de la Seda.

Rabani, que llegó el domingo al gigante asiático para una gira de cinco días, se reunió hoy en Pekín con su par chino, Wang Yi, alrededor de una semana después de que el enviado especial de China para Afganistán, Deng Xijun, participara el 18 de enero en la segunda ronda del G4 en Kabul.

Un intenso ritmo de encuentros que Wang confió hoy en que «den unos resultados aceptables para todas las partes», según dijo en una rueda de prensa junto a Rabani en la capital china.

Aunque los insurgentes han dado pocas muestras de querer sumarse a las charlas, ya que piden la retirada de sanciones de la ONU para que sea «viable» el diálogo, entre otros requisitos, el ministro chino subrayó que «si lo hacemos, es porque creemos que los talibanes pueden responder de forma positiva».

Una convicción que da muestra de la creciente soltura de Pekín como mediador del conflicto afgano, sobre todo a partir de 2014, cuando se preveía la total retirada de las tropas de EEUU de ese país, y que ha impulsado desde entonces, llegando a organizar reuniones entre talibanes y representantes de Kabul en suelo chino.

Wang, que definió a China hoy como «uno de los mediadores para la paz en Afganistán» y como «compañero de confianza», también se reunió el pasado diciembre en Islamabad (Pakistán) con el presidente afgano, Ashraf Ghani, y el primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif.

El responsable de la diplomacia china se refirió hoy por encima a Pakistán, del que sólo dijo que «tiene que jugar su rol único» en el conflicto.

Otro punto fuerte de Pekín en las mediaciones es el de apoyar la reconstrucción de Afganistán a través de proyectos de distinta índole, entre ellos de infraestructura, tal y como mencionó hoy el ministro chino.

Wang habló de reintegrar a Afganistán poco a poco, y a expensas de los avances en seguridad, en las conexiones terrestres de la Nueva Ruta de la Seda, con la que Pekín quiere unir Asia y el Mediterráneo a imitación del histórico corredor.

«Estamos deseando ver a un Afganistán que vuelve a la Ruta de la Seda y abre un nuevo capítulo de desarrollo», señaló el ministro chino, mientras Rabani subrayó el interés del país en «convertirse en un punto de tránsito».

Por último, los dos ministros mencionaron la eventual incorporación con plenos derechos de Afganistán en la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS), de la que el país es miembro observador desde 2012, sin revelar con precisión cuándo ésta se podría producir.

La OCS, formada en principio por Rusia, China, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán, aceptó a India y Pakistán el pasado julio como miembros plenos y está centrada en los últimos años en combatir las fuerzas terroristas y separatistas de la zona.

Rabani subrayó hoy el apoyo de Afganistán a la unidad de China, cuando Pekín alega que en la región noroccidental china de Xinjiang, con la que Afganistán comparte frontera, operan grupos secesionistas como el Movimiento del Turquestán Oriental (ETIM).

La frágil situación a ambos lados de los 75 kilómetros de frontera común y su porosidad es uno de los principales motivos por los que a China le inquieta la inestabilidad de Afganistán, ya que afirma que las fuerzas terroristas de Xinjiang, hogar de la minoría uigur, reciben entrenamiento e influencia de yihadistas vecinos.

Además, las ventajas de incorporar a Afganistán en la Ruta de la Seda y la necesidad de proteger sus intereses económicos en el país vecino, sobre todo en el sector minero (una compañía china explota los yacimientos de cobre de Mes Aynak), hacen prever que Pekín no cejará en su intento de revivir el proceso de paz afgano.

En él, Rabani, quien adelantó que el próximo encuentro del G4 será el 6 de febrero en Islamabad, aseguró albergar «mucha esperanza», porque, dijo, «es diferente a los que han tenido lugar en el pasado», sin aclarar si es la implicación de China la que marca la diferencia.

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