Hillary Clinton consigue el respaldo de los hermanos Julián y Joaquín Castro

En un multitudinario acto organizado por el grupo «Latinos por Hillary» en la ciudad texana de San Antonio, bastión político de los hermanos Castro, Clinton mostró su lado más afectivo ante un público mayoritariamente latino que bailó al ritmo mariachi y vibró en todo momento con la exprimera dama.

«La diferencia con los candidatos republicanos es que ella respeta a la comunidad latina», destacó en español Julián Castro, quien fue alcalde de San Antonio hasta julio de 2014, cuando el presidente Barack Obama lo nombró miembro de su Gabinete.

«Ella siempre ha estado allí para nosotros y hoy estamos aquí para ella», añadió Castro desde un podio con el mensaje «Estoy contigo».

Las decenas de personas que se congregaron en San Antonio respondieron a las palabras de Castro al grito de «vicepresidente», a lo que Clinton reaccionó con una sonrisa.

Castro entró en las apuestas como posible candidato a la Vicepresidencia demócrata tras convertirse, en 2012, en el primer latino que abría una Convención Nacional Demócrata, cuando todavía era alcalde de San Antonio.

La posibilidad de que Clinton piense en el joven secretario de Vivienda, de 41 años, como acompañante para la Casa Blanca en el papel de vicepresidente también protagonizó la sesión de preguntas y respuestas organizada por la Cámara de Comercio Hispana (USHCC) previa al evento con «Latinos por Hillary».

Con el apoyo de los Castro, los principales dirigentes latinos del Partido Demócrata, Clinton aspira a ampliar su ya sólido liderazgo entre los votantes hispanos.

Y si el viento sopla a favor, incluso sueña en «convertir» a Texas, feudo republicano por excelencia, en un «estado azul» -el color del Partido Demócrata-.

Además, la exprimera dama también ha logrado en los últimos días el apoyo de importantes figuras del mundo latino como la líder sindical Dolores Huerta, la actriz mexicana Salma Hayek o el cantante Marc Anthony.

La aspirante presidencial respondió al cariño mostrado por Castro y micrófono en mano dijo: «Te he mirado con respeto y admiración por muchos años y es genial tenerte de mi lado».

Además, la exsecretaria de Estado se puso al público en el bolsillo cuando recordó los meses que pasó en la década de 1970 en el sur de Texas para registrar a votantes acompañada por su entonces novio, Bill Clinton, que llevaba «un pelo espeso y parecía un vikingo».

«Estoy muy contenta de ser ‘la Hillary'», espetó Clinton, en referencia a la forma en la que muchos latinos llaman a la exprimera dama.

«La Hillary», de hecho, era el mensaje que hoy presidía carteles y pancartas en San Antonio.

Clinton, además, se comprometió a trabajar «desde el primer día» de su Presidencia por una reforma migratoria que permita salir de la sombra a los millones de indocumentados que viven en el país.

«Si podemos sacarlos de la sombra, nuestro mercado de trabajo será más eficiente y los trabajadores indocumentados dejarán de ser explotados», dijo.

Según la última encuesta elaborada por Public Policy Polling y publicada la semana pasada, la exjefa de la diplomacia estadounidense encabeza la carrera para ser nominada candidata presidencial demócrata con un apoyo del 42 %, seguida por el senador socialista por Vermont, Bernie Sanders, con el 24 %.