Eléctrica de Puerto Rico rechaza propuesta de sus acreedores sobre la deuda

Eléctrica de Puerto Rico rechaza propuesta de sus acreedores sobre la deuda

San Juan, 23 jul (EFEUSA).- La eléctrica estatal de Puerto Rico rechazó la última propuesta de sus acreedores por entender que no garantiza la reestructuración de una compañía que arrastra una deuda que ronda los 9.000 millones de dólares.

El presidente de la Junta de Gobierno de la Autoridad de la Energía Eléctrica (AEE), Harry Rodríguez, señaló hoy a través de un escueto comunicado que la propuesta de los acreedores no proporciona el camino para una reestructuración de la corporación pública, la más endeudada de todas las empresas públicas de Puerto Rico.

Rodríguez, sin embargo, apenas dio detalle alguno de las propuestas presentadas por los acreedores de la corporación estatal.

«La AEE está revisando la última propuesta y aunque contiene varios elementos positivos, incluyendo un reconocimiento de la importancia de mantener tarifas asequibles y la necesidad de un alivio sustancial de la deuda durante un número de años, no proporciona un camino para una exitosa reestructuración», destaca Rodríguez en el comunicado.

El directivo asegura que la propuesta de los acreedores no es asumible porque, matiza, «impone riesgos desproporcionados para los contribuyentes y otros tenedores de deuda».

Rodríguez insistió en que la propuesta es «inalcanzable» y no está apoyada por todos los acreedores, incluidas «las aseguradoras de bonos o los prestamistas de la líneas de combustible».

«La AEE continúa trabajando con todos sus grupos de interés para lograr un plan de transformación que comparte adecuadamente la carga entre todos los interesados. La AEE sigue centrado en continuar sus negociaciones con todas las partes interesadas y trabajando hacia un plan realizable», concluyó Rodríguez.

El escueto comunicado no da detalles sobre nuevos plazos o reuniones con los acreedores de la compañía, la más endeudada de la isla caribeña, que aporta cerca de 9.000 millones de dólares al total de más de 72.000 millones de dólares que arrastra el conjunto de las corporaciones públicas de la isla caribeña.

La AEE informó el pasado día 1 de que había cumplió con el pago de 415 millones de dólares de deuda que vencía a finales de junio, después de que varias aseguradoras se comprometieran a comprar una nueva emisión de bonos.

El pago se realizó gracias a provisiones destinadas al pago de la deuda y a recibir más de 150 millones de dólares provenientes del fondo general del Estado.

El gobernador Alejandro García Padilla reconoció hace unas semanas que la deuda es una carga insalvable para Puerto Rico, tras reunirse con los acreedores de la isla para negociar una moratoria en los pagos.

El rechazo de la dirección de la AEE a la propuesta de sus acreedores coincide con unas declaraciones de la presidenta del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) -el brazo financiero del Ejecutivo, Melba Acosta, en las que no precisó si hay efectivo para satisfacer una deuda de 94 millones de dólares que mantiene la entidad estatal Corporación para el Financiamiento Público (PFC) con sus acreedores.

Se trata de la deuda más apremiante de una corporación puertorriqueña, ya que se debe satisfacer el próximo 1 de agosto.

La postura de la AEE llega un día después de la publicación de un informe por Moody’s Investors Service en el que la agencia financiera estadounidense señala que los tenedores de la deuda del Gobierno podría recibir sólo 35 centavos por cada dólar invertido si el Gobierno decide reestructurar la deuda de sus corporaciones.

«Creemos que la probabilidad de bancarrota se acerca al 100 % y que las pérdidas si se produce un incumplimiento de pago van a ser sustanciales», apunta el informe.

La agencia financiera señala que la reestructuración de la deuda de las corporaciones de Puerto Rico será complicada, ya que por su estatus de Estado Libre Asociado carece de los mismos derechos legales que hay en EE.UU.

Puerto Rico, a diferencia de Grecia, matiza el informe, no puede por su estatus político recurrir a un prestamista de última instancia como el Fondo Monetario Internacional.

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