Washington, 26 may (EFEUSA).- El nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, se comprometió hoy a buscar la integración plena de Cuba en el organismo, tras el levantamiento de su suspensión en 2009 y en un contexto de acercamiento histórico entre la isla y EE.UU.
«La OEA debe enterrar la Guerra Fría con el regreso de Cuba, eso requiere un esfuerzo de la organización y un esfuerzo de Cuba también», dijo el excanciller uruguayo en una conversación con periodistas tras tomar posesión de su cargo.
Almagro, que ha situado la vuelta de Cuba a la OEA como una de las prioridades de su mandato, hizo una mención específica a esta cuestión en su discurso de toma de posesión, en el que subrayó el «punto de inflexión» marcado con la participación de La Habana este año por primera vez en una Cumbre de las Américas, en Panamá.
«La inclusión de Cuba (en la Cumbre), junto a las renovadas relaciones bilaterales con Estados Unidos abre un abanico de distensión de efecto benefactor para todo el hemisferio», sostuvo en su alocución ante el Consejo Permanente de la OEA en su sede de Washington.
«Trabajaremos para que Cuba pueda integrarse plenamente a la OEA, obviamente tomando en cuenta la necesidad de respetar tiempos y procesos», añadió.
Cuba no ha mostrado hasta ahora interés por reintegrarse en el organismo, al que se unió desde su creación en 1948 y del que fue suspendida en 1962 tras el triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro debido a su adhesión al marxismo-leninismo en el marco de la Guerra Fría entre el bloque capitalista encabezado por EE.UU. y el comunista dirigido por la Unión Soviética.
Almagro, que forjó una buena relación con el Gobierno de Raúl Castro en su época de canciller uruguayo (2010-2015), está bien posicionado para conversar con Cuba, pero no se espera que a corto plazo la isla vuelva a ser miembro activo de la OEA, según las fuentes diplomáticas y expertos consultados por Efe.
«Se trata de un proceso que tiene sus propios tiempos, nosotros trataremos de impulsar un curso de acción para el pleno ingreso, sin violentar los intereses de los actores involucrados», explicó a Efe una fuente del equipo de transición de Almagro.
La tesis general en la OEA es que no se puede ir de la nada al todo, por lo que la estrategia podría pasar por buscar proyectos concretos de colaboración que allanen el camino hacia el posterior reingreso de Cuba, el único país del continente que no participa en el organismo.
El secretario general saliente, José Miguel Insulza, se fue «habiendo dejado la puerta abierta» para la vuelta de Cuba a la organización y reclama crédito por el papel de la OEA en el deshielo entre Estados Unidos y la isla.
Bajo su mandato se produjeron tres hitos en las relaciones entre la OEA y La Habana: en 2009 se levantó la suspensión de Cuba, en 2014 el chileno se convirtió en el primer secretario general en viajar a la isla en cinco décadas y este año el país caribeño participó por primera vez en una Cumbre de las Américas.
Almagro, que llega a la secretaría general con el aval de sus buenas relaciones en el continente fraguadas en su época de canciller de José Mujica, tiene por delante el reto de, como dijo en su campaña, «dejar atrás la OEA de la Guerra Fría».
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