Houston (EE.UU.), 26 may (EFE).- El expelotero puertorriqueño Bernie Williams volvió al Yankee Stadium y lo hizo de nuevo por la puerta grande y nada menos que para recibir el reconocimiento de su clase tanto dentro como fuera del campo al serle retirado el número 51 que vistió durante 16 temporadas.
Williams se paró frente al montículo, flanqueado por los legendarios Derek Jeter, el panameño Mariano Rivera, Andy Pettitte y su compatriota Jorge Posada.
Todos llevaban elegantes trajes y no los uniformes a rayas con los que ganaron fama y fortuna, pero se mostraron igual de impecables en su comportamiento y también recibieron el mismo reconocimiento por parte de los aficionados de los Yanquis.
Los cinco legendarios peloteros se presentaron juntos en público, tal vez por primera ocasión desde que dejaron este deporte, para celebrar el retiro del número 51 que vestía Williams, en cuyo honor se develó también una placa en el espacio de monumentos del Yankee Stadium.
«Extraño este deporte y desearía seguir jugando», reconoció Williams, de 46 años, quien hizo sus últimos swings en el 2006. «Bueno, tal vez no. Nadie quiere ver a la versión 2015 de Bernie Williams. Este hombre está más preparado para sostener una guitarra que un bate».
Con Williams, el club conquistó la Serie Mundial en cuatro ocasiones durante un periodo de cinco años, junto a los excompañeros que estuvieron presentes en su celebración.
El elegante expelotero boricua, acompañado por su familia, develó el letrero con su número en el parque, durante la ceremonia especial previa al juego contra los Vigilantes de Texas.
El acto marcó también la primera aparición pública de Jeter en el parque desde que se retiró al final de la campaña anterior.
«Pareció que regresábamos en el tiempo, a la época en que jugábamos», comentó Williams. «Psicológicamente, todo parecía igual que ayer, cuando estábamos jugando».
Junto con Williams y Jeter, Posada, Rivera y Pettitte lograron el Clásico de Otoño cinco veces de 1996 a 2000. Tras la retirada de Williams, el resto de los presentes ganó una vez más la Serie Mundial, en 2009.
Williams, quien tiene 46 años, jugó 16 temporadas en las Grandes Ligas, siempre con los Yanquis, hasta su retiro en 2006. El jardinero central ostentó un promedio de .297, con 287 jonrones y 1.257 impulsadas.
También fue campeón de bateo de la Liga Americana en 1998, consiguió el Guante de Oro en cuatro ocasiones y fue elegido cinco veces para el Juego de Estrellas.
«Es increíble», expresó Williams. «Nunca, ni en mis sueños más locos, hubiera pensado que un chico flaquito de 17 años y nacido en Puerto Rico estaría aquí hoy en esta celebración. Me siento abrumado».
Williams busca graduarse como jazzista de la Escuela de Música de Manhattan. Tiene en su haber una nominación al Grammy.
El pelotero nativo de San Juan realizó el primer lanzamiento ceremonial del encuentro. Su número es el decimoctavo que retiran los Yanquis en la historia, y aumentará este mismo año.
Todo está programado para el 22 de agosto la retirada del número 20 de Posada y al día siguiente le tocará el turno al 46 de Pettitte.
No fue sino hasta este año que Williams declaró públicamente que estaba retirado.
«Realmente quería cerciorarme de que no iba a regresar», explicó. «Me llevó un tiempo en un proceso que es normal hasta que te convences en todos los apartados que no tienes ya más opción para volver, además de haber encontrado otras opciones en tu vida que llenan todo el tiempo que antes habías dedicado al deporte del béisbol».
No lo hará. Tampoco volverán los astros que lo acompañaron en la festividad y que hicieron que la historia de los Yanquis fuese aun más grande.
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