Nueva York, 6 jun (EFEUSA).- El musical "indie" de "Fun Home", basado en un cómic de temática homosexual, comparte condición de favorita el domingo en los premios Tony con propuestas hiperclásicas como "An American in Paris" y "The King and I", ampliamente popularizadas por el cine, y con el toque británico de "Wolf Hall".
¿Ha llegado el momento de la reivindicación de los pilares básicos que hicieron famoso a Broadway? ¿O es el turno de mostrar el género musical como una género de rabiosa actualidad, atento a los formatos, temáticas y sentimientos del siglo XXI?
La 69 edición de los premios Tony, que mañana celebrará su gran noche en el Radio City Music Hall, se abrió en sus nominaciones a la variedad del espectro que se ha paseado por Broadway en la última temporada, pero con la entrega de premios tendrá que decantarse por una u otra.
En la categoría de nuevo musical, «Fun Home» tiene a su favor no solo la modernidad (basado en un cómic de Alison Bechdel que hace las delicias de la intelectualidad alternativa) sino una historia que domina sobre la partitura y no al revés.
Este musical para minorías parte con 12 nominaciones, igual que «An American in Paris», que es nuevo pero suena a viejo, pues se inspira en la película homónima de Vincente Minnelli (ganadora del Óscar a mejor filme en 1951) y tiene en la música y la coreografía el mecanismo de distracción para una historia prácticamente inexistente y moralmente obsoleta.
Si se atiende a la tendencia de los últimos años, donde todos los ganadores, como «Kinky Boots», «Hedwig and the Angry Inch» o «A Gentleman’s Guide To Love and Murder», han tenido cierto aroma a off-Broadway o han mirado hacia las minorías de una u otra manera, «Fun Home» debería alzarse con el máximo galardón.
Pero los académicos pueden rendirse también a la eficiencia de la fórmula de toda la vida.
La categoría de reposiciones, en cambio, no tiene ese problema, pues por definición se pliega a la manera de reinventar lo ya conocido.
Ahí la favorita es «The King and I» , que cuenta con 9 nominaciones, entre ellas una para Ken Watanabe, en el papel que hiciera célebre en los años 50 Yul Brynner, que también ganó el Óscar en la adaptación al cine.
Otro clásico del musical de Hollywood con Gene Kelly y Frank Sinatra, «On the Town», le sigue con 4 candidaturas en su reposición para el teatro, y «On the 20th Century» completa la categoría, poniendo a su protagonista, Kristin Chenoweth, como finalista y anfitriona de la gala junto a Alan Cumming.
Así, los Tony cambian de tercio al menos en cuanto a anfitrión se refiere.
Primero, por romper la tradición del maestro de ceremonias único que impusieron en los últimos años con mucho éxito Hugh Jackman y Neil Patrick Harris. Este año esas funciones las compartirán dos anteriores ganadores de los Tony, Kristin Chenoweth y Alan Cumming.
Por otro, sin concesiones a un público más neófito en las tablas del escenario y más necesitado de una estrella de cine o televisión.
Fuera de la música, que inevitablemente es lo que más relumbrón turístico tiene en Broadway, las obras dramáticas este año han estado tomadas por el acento británico.
Por un lado, en las de estreno, el de la Royal Shakespeare Company en «Wolf Hall. Parts One and Two», ambientada en la corte de Enrique VIII, y «The Curious Case of the Dog in the Midnight», que escenifica la mente de un niño autista.
Por otro, en el de las reposiciones, el de Carey Mulligan, Bill Nighy en el reparto y, en la dirección, Stephen Daldry en «Skylight», que puede coronar en varios premios Tony su romance con la crítica más exigente.
Esta última obra, además, es excepción en lo que a grandes actores del cine que conquistaron la Meca del teatro de Nueva York, quizá junto con «The Elephant Man» (que ha dado nominaciones a Bradely Cooper y Patricia Clarkson) y «The Audience», que posiciona a Helen Mirren hacia un Tony por mismo papel que le dio el Óscar: la reina Isabel II de Inglaterra.
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