Nueva York, 14 jul (EFEUSA).- La familia de Eric Garner, el afroamericano muerto hace un año en Nueva York cuando era detenido por la policía, aseguró hoy que la indemnización de 5,9 millones de dólares que recibirá de la ciudad no supone una victoria y anunció que seguirá batallando ante los tribunales para lograr justicia.
«No nos feliciten», dijo en una conferencia de prensa la madre de Garner, Gwen Carr, al día siguiente de que las autoridades municipales anunciasen la compensación civil que recibirá la familia de la víctima.
Carr subrayó que esa indemnización «no es una victoria» e insistió en que los familiares sólo se darán por satisfechos el día que «se haga justicia».
En ese sentido, Erica Garner, hija del fallecido, reclamó que se procese a los responsables y se celebre «un juicio justo».
«Esto no supone justicia. Pedimos al Departamento de Justicia y a (la fiscal general) Loretta Lynch justicia para mi padre», señaló.
Un gran jurado decidió el pasado mes de diciembre no acusar al policía que supuestamente acabó con la vida de Garner, pero la fiscalía federal está todavía investigando el suceso ante la posibilidad de presentar cargos en el marco de la legislación sobre derechos civiles, aunque según expertos es poco probable que eso ocurra finalmente.
El acuerdo alcanzado entre la ciudad de Nueva York y los familiares de Garner se produjo después de que estos amenazasen con reclamar a las autoridades 75 millones de dólares en concepto de daños.
«Ninguna cantidad de dinero me va a devolver a mi padre», dijo hoy la hija de Garner, que habló ante los medios acompañada por el reverendo Al Sharpton, uno de los grandes líderes de la comunidad negra de la ciudad.
La muerte de Garner y de otro ciudadano negro, Michael Brown, en Ferguson, en el estado de Misuri, desató el pasado año una gran ola de protestas en Estados Unidos, que elevaron las tensiones raciales en el país a niveles no vistos en varias décadas.
Eric Garner, de 43 años y seis hijos, vendía ilegalmente cigarrillos en una calle del barrio de Staten Island el pasado julio cuando varios agentes de policía le detuvieron.
Uno de ellos, Daniel Pantaleo, utilizó una llave de estrangulamiento para inmovilizarlo, que según la autopsia fue la causa de la muerte.
En un vídeo grabado por testigos se oye a Garner, asmático y con problemas cardiovasculares y de obesidad, repetir «no puedo respirar», una frase que tras su fallecimiento se convirtió en consigna de las protestas contra la violencia policial.
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