Moteros sin ley, soldados sobre dos ruedas

Moteros sin ley, soldados sobre dos ruedas

Los Ángeles (EEUU), 19 may (EFE).- Se les conoce como los "uno por ciento", los "sin ley", y su presencia infunde respeto, cuando no temor, en el ciudadano de a pie que no puede evitar sentir desconfianza por esas bandas de motoristas de chaqueta de cuero y "chopper" que recorren las carreteras con cara de pocos amigos.

Cierto es que su fama les precede y que sucesos como el del domingo pasado en Waco, en Texas, en el sur de EEUU, donde un enfrentamiento entre pandillas motorizadas dejó un saldo de 9 muertos, 18 heridos y 170 detenidos, no hacen más que incrementar su infausta reputación, muchas veces ganada a pulso, aunque no siempre.

Estos escuadrones de las dos ruedas son considerados organizaciones criminales asociadas con la violencia, el narcotráfico y el comercio ilegal de armas, pero son también grandes desconocidos para las autoridades y los círculos académicos debido al secretismo con el que actúan y la cohesión de sus grupos.

«Esos miembros representan la vasta minoría de los clubes de ‘uno por ciento'», asegura el profesor Willaim L. Dulaney en su «Breve historia de los clubes de motociclistas ‘sin ley'» publicado en 2005 en International Journal of Motorcycle Studies (2005).

Dulaney es considerado un referente en la investigación de las bandas de motoristas y llegó a realizar un estudio etnográfico publicado en 2006 por la Universidad Estatal de Florida tras hacerse pasar por uno más en una de estas organizaciones para recabar información veraz sobre su funcionamiento.

Basta un mero repaso histórico para desmitificar algunos de los clichés de estos motoristas rudos que llevan a gala regirse por su propio código.

El hecho de no comulgar con las normas de la Asociación de Motociclistas de EEUU (AMA) les valió a finales de la década de 1950 que les señalaran como ese 1 % disonante dentro del colectivo de motoristas «decentes», en palabras de Dulaney.

Ese mismo fue el motivo por el que se les calificó de «fuera de la ley», etiqueta que parece que les convierte por definición en forajidos, pero que viene a significar «no afiliados» a la AMA, a sus carreras oficiales y a sus actividades.

Actualmente, quienes pertenecen a ese 1 % lo hacen con orgullo y oficialmente el FBI utiliza esa terminología para referirse a clubes de motoristas radicales con ánimo de delinquir.

Esta cultura de motoristas rebeldes fue explotada con éxito por Hollywood, que ofreció una visión romántica del renegado, el antihéroe de las dos ruedas, el incorregible buscador de libertad en que se pierde en el horizonte de una carretera infinita.

Títulos como «The Wild One» (1953) con Marlon Brando; «The Wild Angels» (1966), con Peter Fonda, y el clásico «Easy Rider» (1969), de Dennis Hopper, son algunos ejemplos del atractivo de este mundo, lo mismo que la serie «Sons of Anarchy», y cuya imagen aparece asociada con simbología patriótica estadounidense.

En la raíz de estas bandas de motoristas están los conflictos bélicos en los que participó Estados Unidos durante el pasado siglo, en especial la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam, que llevó a multitud de jóvenes a vivir al límite, lo que les cambió para siempre.

Algunos de los que regresaron fueron incapaces de retomar su vida anterior y encontraron en la camaradería de las bandas de motos, su estructura jerárquica y en la adrenalina de sus actividades el acomodo que necesitaba su nuevo yo.

Los «Boozefighters» aparecieron en escena en 1947 y dieron origen al concepto de motoristas sin ley ese mismo año, tras unos altercados en California en los que se basó el filme «The Wild One». Hoy se definen como una «hermandad de motoristas» y no figuran en las listas de peligros públicos del Departamento de Justicia.

Ahí sí están los Ángeles del Infierno, grupo que nació en 1948, como también lo están los Bandidos (1966), una de las bandas más grandes del país y que, según la prensa local, tomó parte en los incidentes del fin de semana en Waco.

Un informe del FBI fechado en 2011 señaló que soldados retirados de los Marines, el Ejército de Tierra, la Fuerza Aérea y la Armada integran las filas de los grupos de moteros más temidos.

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