Washington, 21 oct (EFEUSA).- El presidente, Barack Obama, anunciará nuevas medidas contra la epidemia de adicción a la heroína y a los analgésicos opiáceos que afecta a comunidades como la de Charleston (Virginia Occidental), estado que visitará hoy y que tiene la tasa más alta de muertes por sobredosis de todo el país.
Entre las medidas que Obama prevé presentar hoy en Charleston figura establecer que el Gobierno federal proporcione formación adecuada para recetar opiáceos a los profesionales de la salud, según adelantó la Casa Blanca.
También requerir a los planes de salud públicos que proporcionen y cubran los tratamientos contra el abuso de medicamentos recetados y el consumo de heroína.
De acuerdo con la Casa Blanca, hoy más estadounidenses mueren cada año por sobredosis de drogas que en accidentes de tráfico.
Además, en 2012 se prescribieron 259 millones de recetas de analgésicos opiáceos, lo que equivale a un frasco de píldoras para cada adulto estadounidense, y cuatro de cada cinco consumidores de heroína comenzó su adicción a esa droga a raíz de un mal uso de los opiáceos recetados.
La tasa de muertes por sobredosis de heroína en EEUU se multiplicó casi por cuatro entre 2002 y 2013, cuando era de 2,7 por cada 100.000 personas, según datos recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
Además, entre 2011 y 2013 unas 663.000 personas admitieron haber consumido heroína en el último año, frente a la cifra de 379.000 registrada entre 2002 y 2004, de acuerdo con los CDC.
En agosto pasado, la Casa Blanca anunció una nueva iniciativa que se aplicará de forma piloto en 15 estados y que pretende dar prioridad al tratamiento de los adictos a la heroína.
Asimismo, a mediados de 2014, el Gobierno de Obama lanzó un plan que persigue, entre otras cosas, ampliar el acceso al medicamento Naloxone, que permite revertir en el cuerpo el efecto de la sobredosis en casos de emergencia, y aumentar la información al público sobre los riesgos de muerte por consumo excesivo de heroína y sustancias opiáceas.
La visita de Obama a Charleston se enmarca, además, dentro de una campaña más amplia para promover una reforma del sistema de justicia penal del país, con el fin de reducir las sentencias a los condenados por delitos no violentos relacionados con las drogas, que afectan principalmente a los hispanos y a los negros.
Dentro de esa campaña, el presidente prevé reunirse en las próximas semanas con líderes de las fuerzas del orden que están «decididos a reducir las tasas de criminalidad y de encarcelamiento», así como con expresos que «se están ganando una segunda oportunidad», según adelantó él mismo en su último mensaje sabatino.
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