Un artista abre las puertas de su estudio a exconvictos y antiguos pandilleros

Un artista abre las puertas de su estudio a exconvictos y antiguos pandilleros

Los Ángeles, 16 sep (EFEUSA).- El artista hispano Fabián Debora abre semanalmente las puertas de su estudio a exconvictos y antiguos pandilleros para darles una formación que pueda contribuir a su reinserción social.

El expandillero y artista de origen mexicano fundó hace ocho años «La Classe Art Academy», una escuela de arte situada en el corazón de Los Ángeles que cada martes por la mañana reúne a un grupo de jóvenes y exreclusos a trabajar con pinceles, pinturas y lienzos con el propósito de alejarles del mundo de las drogas, el alcohol y la violencia.

«Mi misión como pintor no es solo para hablar la voz de mi comunidad, pero también dar acceso y tocar vidas que a lo mejor solo necesitan una poquita guía para que vayan por otro camino», aseguró Debora en entrevista con Efe.

A lo largo de un año y medio, el artista ha compartido su conocimiento y experiencia con Javier Chávez, un exconvicto que en siete ocasiones estuvo detenido en la cárcel del condado de Los Ángeles y cuatro veces en prisión.

«Me siento feliz. Es la primera vez que pinto un retrato de mí mismo. Al principio se me hizo difícil, pero llamo a Fabián cuando me atoro y él me enseña. Y cada vez que me enseña, me doy cuenta de que lo puedo hacer y mi autoestima se levanta mucho», aseguró este hispano que lleva tres años en rehabilitación por consumo de alcohol y drogas.

«Estuve veintitrés años con adicción. Durante diez años me inyectaba heroína y otras drogas y tuve tres familias distintas», agregó.

El estudio de Debora se encuentra en la esquina de las calles Main y Quinta, a pocos metros de Skid Row, el barrio angelino donde miles de indigentes malviven en tiendas de campaña y a diario consumen alcohol y drogas, un recordatorio constante de cómo pueden acabar los jóvenes y adultos que crecen en hogares disfuncionales y que carecen del apoyo de su comunidad.

El barrio también es un recordatorio de cómo pudo haber acabado el mismo Fabián Debora.

El muralista creció en el Este de Los Ángeles, en un hogar familiar destruido por la violencia doméstica y con un padre drogadicto que pasaba sus días entre la casa y la cárcel.

Sin figuras que pudieran influir positivamente en su vida, el joven no tardó en unirse a una pandilla y en recurrir a las drogas para aliviar su dolor emocional.

Carente de recursos económicos para matricularse en una escuela de arte, Debora se escapaba al río de Los Ángeles y plasmaba sus traumas a través del grafiti.

En una de esas aventuras, el joven descubrió los murales, el formato que catapultó su interés por el mundo del arte y que le sirvió para enderezar una vida que hasta en tres ocasiones trató de quitarse.

«Cuando empecé a pintar murales, empecé a escaparme de las pandillas poco a poco, me empecé a retirar», aseguró Debora, que nació en la ciudad fronteriza de El Paso en Texas.

«Sé la importancia del poder del arte. Sé que muchos jovencitos de mi barrio quisieran tener una escuela, pero por las circunstancias, es difícil», agregó.

Fue su propia historia personal y el profundo deseo de ayudar a otras personas lo que le motivó a crear una academia donde los adultos y jóvenes pudieran compartir sus experiencias personales, ayudarse mutuamente y servirse de inspiración.

«Los adultos guían a los jovencitos para que no cometan los mismos errores. Son como padres para ellos porque muchos jovencitos que vienen no tienen padres», explicó el maestro.

«Y los jovencitos son como hijos para los adultos. Cada uno cumple una función», agregó.

La academia es un espacio libre de crítica donde los alumnos tienen libertad plena para trabajar los formatos que desean. Unos muestran interés en el grabado, otros en el carboncillo y otros se decantan por el óleo o los acrílicos.

Debora precisó que cada estudiante tiene un nivel e inquietudes distintas y que él fomenta un clima donde el individuo encuentre su propia manera de crear algo positivo en su vida.

«No hay excusa de que no tengo dinero para las brochas, no tengo dinero para materiales, está todo a tu disposición. Nada más es llegar y empezar a aprender», precisó el hispano.

«La Classe Art Academy» se fundó con el apoyo de Latino Producers Action Network (LPAN), una organización liderada por Sandra Islas que financia las actividades artísticas que se desarrollan en ésta, algo por lo que Debora se siente muy agradecido.

«Sandra Islas y Rubén Islas son mis angelitos, son mis patrones porque me reconocieron, y por ellos he escalado y reclamado muchas cosas en el mundo del arte», concluyó el mentor.

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