Chicago (IL), 15 may (EFEUSA).- Residentes de la comunidad de Pilsen protestaron hoy frente a la sede de los jesuitas en Chicago por las negociaciones que esta orden religiosa realiza con una firma de Nueva York para desarrollar 500 viviendas de lujo en el barrio.
Los activistas temen que si se firma esta operación la construcción de estas viviendas de lujo desplazaría a los hispanos de bajos recursos de la zona.
Nelson Soza, director ejecutivo de la Alianza de Pilsen, un grupo que se opone al desplazamiento de los hispanos de este barrio, dijo a la prensa que ellos se han querido reunir con los jesuitas por cuatro años sin éxito.
Soza pidió transparencia sobre el nuevo proyecto, que, en su opinión, debería asegurar el 40 % de las viviendas para personas de bajos recursos.
«Queremos preguntar hoy si los jesuitas están al lado de los pobres y los desplazados o del lado de los banqueros y los que están desplazando a los residentes», destacó Soza.
Jeremy W. Langford, asistente de comunicaciones de los jesuitas en Chicago, entregó un comunicado a la prensa en el que se reconoce que están en negociaciones con el grupo Property Markets Group sobre un terreno de 6,4 acres en Pilsen, que la orden religiosa compró en 2009 por 6,5 millones de dólares.
Langford aseguró a los manifestantes que tanto Property Markets Group como la Sociedad de los Jesuitas seguirán un proceso de consulta con el concejal local, Danny Solís, y un grupo comunitario.
Sin embargo, los manifestantes explicaron a Langford que tienen plena confianza en el concejal ni el comité comunitario, ya que, según Soza, la firma Property Markets Group ya hizo una donación de 3.000 dólares el pasado septiembre a Solís y los otros integrantes del comité son aliados del concejal.
«No estamos contra el desarrollo de la comunidad, pero queremos que nuestra gente viva también aquí», afirmó Soza.
En los últimos diez años, según el censo nacional, la comunidad de Pilsen ha perdido 10.000 habitantes de origen hispano, al tiempo que 4.000 personas de origen anglosajón se han mudado a este barrio.
De los 35.769 residentes de la zona, según el censo de 2010, el 82 % es de origen latino y el 12 % es anglosajón.
Rosemary Sierra, una de las manifestantes, dijo que se opone al proyecto porque éste significa que más hispanos de bajos recursos no podrán vivir en Pilsen.
«Francamente no sé qué Biblia han estado leyendo los Jesuitas», dijo Sierra. «Jesús no nos enseñó a tomar ventaja de los pobres; nos sentimos traicionados y lastimados».
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