San Diego (CA), 28 may (EFEUSA).- Activistas de nueve ciudades estadounidenses se concentraron hoy en una garita fronteriza para recordar y pedir justicia por el indocumentado Anastasio Hernández, fallecido cinco años atrás a manos de una docena de agentes de la Patrulla Fronteriza.
El 28 de mayo de 2010, un grupo de oficiales federales propinó una brutal golpiza al inmigrante que estaba a punto de ser deportado pese a que este no mostró resistencia y se encontraba esposado en el suelo, un hecho que quedó evidenciados en dos vídeos capturados por testigos.
Desde entonces, la familia del indocumentado no ha parado de pedir que los oficiales involucrados en su muerte, calificada por la Oficina del Médico Forense como homicidio, sean llevados a juicio y respondan por sus actos.
Mientras que el caso continúa bajo evaluación del Departamento de Justicia para analizar la posibilidad de que los oficiales enfrenten cargos penales, la demanda civil interpuesta a nombre de los deudos del mexicano avanza a paso lento, debido a una serie de apelaciones y otros recursos legales interpuestos por el Gobierno federal.
El director de la Coalición de Comunidades Fronterizas, Christian Ramírez, informó a Efe que tienen conocimiento de que el Gobierno federal ha invertido cerca de un millón y medio de dólares en la defensa de los doce oficiales, cuyo proceso legal continúa en la corte de San Diego.
«Es vergonzoso, que en lugar de buscar solucionar este problema, han estado gastando el dinero de los contribuyentes en defender un caso que es indefendible, y en apelar y demorar justicia para esta familia», mencionó el activista, quien aclaró que obtuvieron el dato tras una solicitud hecha bajo la Ley de Libre Acceso a la Información (FOIA).
Por ello, familiares, tanto de Anastasio Hernández como de otros inmigrantes que han perdido la vida en altercados con oficiales federales en los últimos cinco años, realizaron hoy una protesta a las afueras de la garita de San Ysidro, justo a unos pasos de donde se registraran los hechos hace media década.
«Son cinco años en que la familia de Anastasio ha estado en un limbo esperando justicia, son cinco años en que la lista de muertos en la frontera en manos de agentes fronterizos se ha ido multiplicando», agregó Ramírez.
Sobre este incidente, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza se ha mantenido en el hermetismo, señalando que no puede emitir ningún comentario debido a que el caso continúa bajo investigación.
Como parte de las acciones de este jueves, un grupo de estudiantes de San Diego City College recrearon el trágico momento en que los oficiales golpearon y detonaron descargas eléctricas en el cuerpo de Anastasio Hernández.
Julio Segura, quien hizo el papel del inmigrante mexicano, habló sobre lo que representó para él recrear dicho momento, que continúa en la memoria de las comunidades fronterizas.
«Me hizo darme cuenta que tan sin esperanza pudo haberse sentido (Anastasio), ver que nadie podía ayudarlo, toda esa desesperación», expresó el joven.
Con las manos pintadas de rojo en representación del «dolor y la sangre», la estudiante Rosa Prieto interpretó a una oficial federal.
«Sentí mucha tristeza porque yo no comprendo cómo los oficiales pudieron haberse ido a su casa (esa noche) como si nada hubiera pasado, siento mucho coraje y tristeza», comentó.
«Las manos rojas también significan esperanza, porque todavía hay esperanza que este caso se va a resolver y que ya no se repitan casos como este», agregó.
De 2010 a la fecha de hoy, 37 personas han fallecido en altercados con elementos de la Patrulla Fronteriza o la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), mismos que continúan en la impunidad, según denunciaron los activistas.
María de la Luz Rojas, madre de Anastasio Hernández realizó el viaje desde San Luis Potosí en México, para participar en la movilización nacional.
Asimismo, lamentó que a cinco años de los hechos, todavía no exista una resolución del caso.
«Siempre queda en investigación e investigación, pero creo ya es suficiente, porque ya hay nombres de los agentes que mataron a mi hijo», comentó.
También estuvo presente Trinidad Ceceña, madre de Francisco Ceceña, un ciudadano norteamericano que murió la tarde del 24 de diciembre en la garita de San Ysidro tras recibir descargas eléctricas por parte de agentes federales quienes lo cuestionaron en la zona de segunda inspección.
La mujer llevó consigo el acta de defunción de su hijo, en la cual está en blanco el espacio donde se indica la causa de muerte.
«Pido justicia para mí y las otras madres que están en este camino tan largo de recorrer y que se aclare la muerte de todos», aseveró.
Los Ángeles, Tucson, Las Cruces, Brownsville, Filadelfia, Gainesville, Miami y Narrow Ridge, fueron las otras ciudades en que se realizaron movilizaciones como parte del denominado Día Nacional de Acción para Detener la Brutalidad en la Frontera.
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