México, 3 jun (EFE).- Las elecciones mexicanas del próximo domingo, 7 de junio, en las que se renovarán 1.996 cargos públicos, serán claves para la segunda mitad del mandato de Enrique Peña Nieto, un presidente muy elogiado por sus reformas pero desgastado por la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala.
Se trata de los mayores comicios de la historia de México, ya que coinciden la renovación de la Cámara de Diputados federal con la elección de los gobernadores de nueve estados (Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora).
Además, en esos estados también habrá comicios locales y se renovarán los Congresos, al igual que en el Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco y Yucatán.
El presidente del órgano electoral, Lorenzo Córdova, sostiene que México se juega su «futuro democrático» en estas elecciones, que considera las «más complejas» del país por las amenazas de boicot en Guerrero y Oaxaca y la inseguridad en gran parte de la geografía nacional.
En opinión del experto en procesos políticos Víctor Alarcón, la campaña «ha sido muy pobre en cuanto propuestas» y no ha logrado despertar el interés de los ciudadanos, salvo en casos muy puntuales.
Entre ellos está el de Nuevo León, el estado más importante en disputa por su tamaño y riqueza, donde por primera vez un candidato independiente, Jaime Rodríguez «el Bronco», puede convertirse en gobernador y propinar así un duro golpe al Partido Revolucionario Institucional (PRI), actualmente en el poder.
Unas de las novedades del proceso es la participación de los aspirantes independientes (22 en esta ocasión), gracias a la reforma político-electoral aprobada en 2014, que también abrió la puerta a la paridad de género en las candidaturas a legisladores estatales y federales.
Guerrero, en el sur del país, también ha llamado la atención por la «efervescencia social» generada por la desaparición de 43 estudiantes hace ocho meses en Iguala a manos de autoridades corruptas y miembros del crimen organizado, dijo a Efe Alarcón.
Asimismo destaca Michoacán, por la violencia provocada por los cárteles de las drogas y que, al igual que en Guerrero, puede generar dificultades el 7 de junio.
Según Alarcón, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), los partidos de oposición no han mostrado en campaña cómo pueden generar un cambio de rumbo.
El conservador Partido Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) siguen «atrapados en la inercia que les dejó el Pacto por México», lo que les impidió generar ataques más frontales o propuestas atractivas.
Ese acuerdo firmado por las tres principales formaciones en diciembre de 2012 permitió a Peña Nieto sacar adelante reformas en sectores clave para el país, como la energética o la de telecomunicaciones, y proyectar al mundo una imagen de México en transformación.
Pero el optimismo se vino abajo tras la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, un caso que consternó al mundo y generó un movimiento para exigir justicia en un país con más de 22.000 personas desaparecidas, y escándalos sobre presuntos conflictos de interés de su entorno más cercano.
En este escenario, Alarcón cree que el PAN puede «dar una sorpresa» en estados como Querétaro, San Luis Potosí, Baja California Sur y quizás Michoacán, donde la carrera está muy cerrada con el PRI.
De lograr estas victorias, apuntó, habría una recuperación de estados por parte de esta fuerza, que perdió espacios en las elecciones de 2012 desgastada por dos mandatos consecutivos en Los Pinos, y el regreso a un bipartidismo más efectivo en las entidades.
Sin embargo, apuntó el experto, es posible que ello no le alcance «para hacer un contrapeso significativo al PRI en la Cámara de Diputados», donde en la actualidad tiene 113 escaños frente a 214 del partido gobernante.
Si el PRI logra «un peso importante dentro de la Cámara» baja, eso permitirá a Peña Nieto empujar para lograr «algún nivel de implementación» de las reformas en el resto de su mandato, «aunque sea en lo básico», estimó.
En relación a los estados, salvo Campeche y Guerrero, donde el PRI puede arrebatar el Gobierno a un PRD golpeado por el caso Iguala, los escenarios «no son muy alentadores» para esta formación en unos comicios que servirán para evaluar la primera mitad del mandato de Peña Nieto, indicó.
De acuerdo con las encuestas, en el mejor de los escenarios el PRI obtendrá el 30 % de los votos, lo que supone una disminución «muy importante» (unos 10 puntos porcentuales) respecto las elecciones de 2012.
Según Alarcón, eso sería muestra de una «insatisfacción muy significativa» de la ciudadanía y llevaría a pensar que la contienda presidencial de 2018 tendrá al menos tres importantes candidatos, uno desde el espacio de los independientes, otro de la oposición y el del oficialismo.
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