La negociación nuclear logra «progresos» y se trabaja ya en limar diferencias

La negociación nuclear logra «progresos» y se trabaja ya en limar diferencias

Viena, 1 jul (EFE).- Las negociaciones nucleares en Viena están logrando "progresos" hacia un acuerdo que solucione más de 12 años de desencuentros entre Irán y la comunidad internacional, al tiempo que la agencia nuclear de la ONU busca acelerar el esclarecimiento de algunos aspectos que faciliten el pacto.

En el quinto día de esta ronda definitiva de negociaciones, los jefes de las diplomacias de Irán y Estados Unidos coincidieron en que observan avances.

«Tenemos algunos asuntos muy difíciles, pero creo que estamos haciendo progresos y vamos a continuar trabajando por ello», aseguró hoy el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.

Esa apreciación coincidió con la que horas antes hizo el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, antes de encontrarse con Kerry en el lujoso hotel Coburg de Viena.

«Hemos logrado progresos, vamos a lograr progresos y utilizaremos todas las oportunidades para progresar», dijo Zarif a los periodistas antes del encuentro.

Irán y EEUU, cuyas relaciones diplomáticas están rotas desde la Revolución Islámica de 1979, son los dos principales actores de las negociaciones.

Seis grandes potencias -EEUU, Reino Unido, China, Francia, Alemania y Rusia- tratan desde hace 20 meses de cerrar un acuerdo que limite el programa nuclear iraní, de forma que le sea imposible desarrollar el arma atómica.

Otra señal de que las conversaciones están avanzando es el viaje hoy a Teherán del director de Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, para reunirse mañana con el presidente de Irán, Hasán Rohaní.

Ese desplazamiento en este decisivo momento pretende «acelerar la resolución de los asuntos pendientes relacionados con el programa nuclear iraní, incluido el esclarecimiento de posibles dimensiones militares», explicó el OIEA.

Irán siempre ha negado que busque un arsenal nuclear, pero el OIEA ha sido incapaz de certificar en más de una década de investigaciones que las ambiciones atómicas de la República Islámica sean por completo pacíficas.

Las conversaciones superaron ayer el límite del 30 de junio que se habían impuesto ambas partes y se han ampliado hasta el 7 de julio.

Una de las mayores preocupaciones para los iraníes es la secuencia temporal exacta en el alivio de las sanciones internacionales que recibirían a cambio de limitar sus ambiciones nuclear civiles en el pacto que se negocia.

Para facilitar un posible acuerdo, el OIEA debe aclarar las sospechas sobre algunas investigaciones nucleares en instalaciones militares en el pasado, como la base de Parchin, a la que ha solicitado de forma infructuosa acceder en los últimos años.

El OIEA también tendrá que verificar y supervisar la aplicación de un posible acuerdo, de ahí la importancia del viaje de Amano a Teherán para tratar de aclarar los detalles técnicos pendientes.

Teherán ha mostrado su disposición a aplicar el denominado «Protocolo adicional», que otorga a los inspectores de la ONU acceso a cualquier instalación, también militar, si hay sospechas de actividades sin declarar.

Pero Irán no quiere abrir de par en par las puertas de sus bases militares, argumentando cuestiones de seguridad nacional.

Mañana se reincorporarán a las conversaciones de Viena los ministros de Exteriores de Francia, Laurent Fabius; Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y Reino Unido, Philip Hammond, así como la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.

Los negociadores tienen ahora una semana antes de que se enfrenten a graves complicaciones, impuestas por los tiempos de actuación del Congreso de Estados Unidos.

Si el documento no se presenta antes del 9 de julio al Congreso, en lugar de 30 días para votarlo, el plazo se alargará a 60 días.

Esa ampliación puede dar un mayor margen de actuación a quienes se oponen al acuerdo y retrasaría su aplicación.

Los diplomáticos tienen el desafío de traducir en un documento final un preacuerdo alcanzado en abril en la ciudad suiza de Lausana, que prevé imponer limitaciones al programa nuclear iraní por un periodo de tiempo de entre 10 y 25 años.

Incluso cuando haya un acuerdo sobre todos los aspectos, la redacción del documento final va a ser una tarea difícil, ya que se estima que serán unas 80 páginas, 60 de ellas correspondientes a anexos técnicos.

Y hay cuestiones sobre las que siguen existiendo diferencias, como recordó hoy el viceministro de Exteriores iraní, Abás Araqchi

«Hay todavía asuntos en los que ningún acuerdo ha sido alcanzado y todavía hay algunos textos en los que no se ha escrito nada. De hecho, estamos trabajando en ellos día y noche», afirmó a medios iraníes.

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