Arlington (EEUU), 27 feb (EFE).- Apenas quedan tres días para el conocido "supermartes", la cita más importante de las primarias estadounidenses. Jaime Contreras, de origen salvadoreño, no duda en montar en su coche y recorrer casa por casa los barrios de Arlington (Virginia): apoya a Hillary Clinton y quiere que sus vecinos salgan a votar por ella.
Los hispanos como él cada vez son más en un estado considerado clave para llegar a la Casa Blanca y que además cuenta con una foto demográfica bastante representativa del país, al tener un 8,7% de ciudadanos con derecho a voto de origen latino.
«La primera vez que salí a hacer puerta a puerta fue con el presidente Bill Clinton, en 1996, que fue quien firmó mi acta de ciudadanía. Hoy lo hago por su esposa», explica Contreras a Efe mientras conduce hacia la primera de las direcciones marcadas, una tarea para la que le acompaña Esperanza, una joven de origen mexicano nacida en Los Ángeles, que solo había hecho algo así en otra ocasión.
La campaña de la exsecretaria de Estado identifica a los votantes registrados como demócratas a nivel local y reparte entre los voluntarios de cada zona sus direcciones postales para que se aseguren de que el próximo martes acudirán a las urnas para mostrar su respaldo a Clinton.
De manera minuciosa, llevan consigo detallado el nombre de cada posible votante, así como distintos cuadrantes en los que dejar plasmado si fueron recibidos o no al llamar a la puerta, y si, al lograrlo, el vecino en cuestión manifestó su apoyo o no a la también ex primera dama.
Al tratar de entrar en el primer bloque de viviendas, la puerta principal no está abierta, pero logran pasar dentro del edificio gracias, precisamente, a otra familia latina que se dirigía a su casa, aunque confiesan que ellos no podrán votar.
Jaime se dirige a la primera vivienda de la lista donde reside una mujer que, por sus apellidos, es de origen anglosajón, y que tras varios intentos se rehúsa a abrir.
«Somos voluntarios de Hillary Clinton, solo queremos recordarle que el próximo martes habrá votación, y queremos saber si ya ha decidido votar por Hillary», le cuenta Contreras desde el otro lado de la puerta en un perfecto inglés.
«Lo sé, lo sé. Gracias», responde la mujer en tono molesto, hasta que después de unos segundos de silencio se le escucha de nuevo: «Pero sí. Votaré por Hillary Clinton».
Jaime y Esperanza llevan también consigo unos panfletos en inglés y español que destacan la experiencia política de la aspirante demócrata, y escriben a mano sobre ellos el colegio electoral que corresponde a este vecindario para que puedan acudir a ejercer su derecho. Se lo pasan por debajo de la puerta.
Un señora mayor, de apellido Granados, abre con cierta reticencia su hogar, y Esperanza, en castellano, le explica por qué quieren hablar con ella y trata de darle toda la información posible para que se anime a votar por Hillary, aunque en este caso, la mujer dice no tener aún claro por quién se decidirá.
El rival directo de la ex secretaria de Estado, el senador Bernie Sanders, está trabajando también para acercarse a los votantes latinos, y podría ser su alternativa en las primarias de Virginia que se celebran este martes junto a las de otra decena de estados.
En la casa de al lado los voluntarios tienen mejor suerte con Joyce, una madre divorciada afroamericana que trabaja para la Policía Estatal y que dice admirar a Clinton por ser una mujer capaz de abrirse paso en un mundo de hombres. Acudirá a las urnas, «seguro», promete.
Jaime y Esperanza son dos del más de un centenar de simpatizantes de Clinton que acudió horas antes a un evento de campaña de «Latinos por Hillary» encabezado por el senador demócrata Tim Kaine, legislador por ese estado, e históricamente defensor de la comunidad hispana.
Asiáticos, afroamericanos, miembros de sindicatos, pero sobre todo latinos, se reunieron en un local de salsa, ante retratos de Celia Cruz o Gilberto Santa Rosa, para recordar la importancia que tienen la población hispana en las elecciones estadounidenses, unos comicios donde hasta 27 millones de latinos pueden ejercer su derecho a voto.
«A veces miro a los latinos desde fuera y creo que no entendéis vuestro poder -explicó Kaine ante los simpatizantes intercambiando inglés y español-. Aunque no sean mayoría, la mayoría de las elecciones se deciden por márgenes muy pequeños, y ustedes pueden marcar la diferencia», aseveró el senador.
Kaine, quien vivió durante algún tiempo en Honduras, rechazó la «retórica antiinmigrante» del aspirante republicano Donald Trump, y consideró «una pena» que de esos 27 millones de latinos que pueden acudir a las urnas, se calcule que solo lo harán unos 13 millones.
«Hillary está lista para vosotros», insistió el legislador, y «hay que seguir trabajando para que todos entiendan el poder de esta comunidad». Aunque sea puerta a puerta.
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