Ginebra, 30 may (EFE).- El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y su homólogo iraní, Yavad Zarif, se reúnen hoy y mañana en Ginebra para intentar destrabar los escollos que aún frenan el avance de las negociaciones para lograr un acuerdo nuclear definitivo en el plazo establecido, exactamente en un mes.
La reunión comenzó a media mañana y se espera que dure todo el día de hoy y, por lo menos, medio jornada del domingo.
En el encuentro también participan los principales negociadores de ambos campos, la secretaria de Estado adjunta Wendy Sherman y el de Energía, Ernest Moniz, y el viceministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, aunque está ausente el director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi.
La directora política de la Unión Europea, Helga Schmid, y principal negociadora del bloque, también intervendrá en el diálogo.
Las negociaciones se encuentran en su fase más técnica, tras haber alcanzado las partes un acuerdo marco el pasado 2 abril, después de una intensa e histórica semana de discusiones.
El documento consensuado en abril contiene numerosas limitaciones cuantitativas, cualitativas y temporales al programa nuclear iraní pero también varios incentivos económicos y políticos para el país en caso de que cumpla lo acordado.
Tras ese acuerdo preliminar, las partes -los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania (G5+1) e Irán- se dieron hasta el 30 de junio, exactamente en un mes, para pulir los aspectos más técnicos, y sobre todo solventar los temas que aún no se habían resuelto o en los que había distintas interpretaciones.
Dos escollos principales frenan el avance: en que medida se van a permitir los controles sorpresas a las instalaciones nucleares iraníes y cómo y cuándo se van a levantar las sanciones impuestas por Occidente a la República Islámica.
El aspecto del que más recela la República Islámica es tener que abrir totalmente su país a la inspección y verificación de los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En el acuerdo preliminar, Teherán se comprometió a aplicar el llamado «Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP)», lo que permite inspecciones sin aviso previo en cualquier instalación atómica del país.
De esa manera se permitiría a la OIEA solventar las dudas sobre actividades nucleares iraníes en el pasado, pero también en el presente, y así esclarecer las eventuales actividades militares, denunciadas en 2011 por el organismo.
No obstante lo acordado, en los últimos días, el propio ayatolá Ali Jamenei, máximo líder de la República Islámica, dejó claro que su país no aceptará las inspección de instalaciones militares ni entrevistas con sus científicos.
El propio Araqchí confirmó hoy en declaraciones al inicio de las conversaciones que éste era el principal escollo.
Para los iraníes, esta es una «línea roja» que no van a cruzar, la misma pero a la inversa que tienen los occidentales, que no aceptarán un acuerdo que no incluya la verificación de la posibles dimensiones militares del programa nuclear.
Por otra parte, el acuerdo marco estableció que las sanciones internacionales -tanto las impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU como las de Estados Unidos y la Unión Europea- se levantarían paulatinamente conforme se comprobase el cumplimiento de Irán de lo pactado.
Sin embargo, Teherán insiste en el principio de la simultaneidad, es decir, que ambas partes cumplan al mismo tiempo los compromisos acordados, y que las medidas punitivas -nucleares, económicas y financieras- se levanten en cuanto se implemente el acuerdo.
Con este trasfondo, Kerry y Zarif tienen poco más de 24 horas para destrabar las negociaciones y dar el impulso final que pondría fin a 12 años de conflicto nuclear.
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