Miami, 26 feb (EFEUSA).- Los aspirantes demócratas a la Casa Blanca Hillary Clinton y Bernie Sanders, que proponen políticas muy similares en los temas más sensibles para los inmigrantes, tendrán que concretar cómo pretenden afrontarlos para así ganar el voto de los latinos, según expertos.
Ambos precandidatos, que disputarán este martes en las urnas unos mil delegados en una decena de estados en el llamado «supermartes», han prometido una reforma migratoria con un camino a la ciudadanía para unos once millones de indocumentados en el país.
Sin embargo, grupos nacionales a favor de la inmigración, como el Consejo Nacional La Raza (NCLR), señalan que en estas elecciones estar a favor de la reforma no es una garantía.
«No es suficiente decir que apoyas una reforma migratoria hay que decir cómo vas a llegar a la meta, cómo vas a caminar con el Congreso», dijo a Efe Clarissa Martínez, directiva del NCLR.
«La cuestión es cómo van a manejar el tema usando los poderes de la Presidencia y sabiendo los impedimentos del Congreso para sacarla adelante», precisó.
Martínez, quien aseguró que, debido a que «no son tan fuertes» las diferencias de las políticas migratorias de ambos demócratas, es necesario que los candidatos «lleguen a las soluciones específicas».
En este sentido, Erika Andiola, líder activista de los «soñadores» y actual directora de prensa latina de Sanders, criticó que el plan de «Clinton no es muy detallado».
«La forma como Clinton habla de inmigración es muy general, se parece a la forma como hablaba Obama, que sigue deportando a los indocumentados», manifestó la joven mexicana a Efe.
La exsecretaria de Estado, que ha defendido al actual Gobierno, ha sido blanco de Sanders por los 2,5 millones de indocumentados deportados en los últimos años durante el mandato de Barack Obama.
La demócrata, sin embargo, ha señalado que en un gobierno suyo deportará sólo a aquellos «que representen una amenaza para la seguridad pública».
Por su parte, el senador por Vermont, que promete también desmantelar los «inhumanos programas de deportaciones», ha soportado las críticas de Clinton por no haber apoyado en 2007 una reforma migratoria propuesta por el fallecido Ted Kennedy.
«Hay que tener en cuenta el récord en el tema migratorio de Clinton», indicó a Efe Lorella Praeli, enlace de la aspirante con la comunidad latina y que trabajó de cerca con la propuesta de reforma migratoria integral de 2013.
«Ella apoya a nuestra comunidad, va a luchar por estos cambios, va a implementar las acciones ejecutivas», agregó la «soñadora» al recordar que la candidata votó a favor de la reforma de Kennedy.
Ambos aspirantes coinciden en la necesidad de continuar con las acciones ejecutivas de Obama, DACA y DAPA, que buscan beneficiar a unos cinco millones de indocumentados y que están estancadas en las cortes por la oposición de unos 26 gobernadores, en su mayoría republicanos.
Sanders propone en los «primeros cien días» de su mandato «tomar medidas ejecutivas para cumplir lo que el Congreso ha fallado en cumplir», mientras que Clinton «defenderá» DACA y DAPA de las demandas con motivación política» y pondrá en marcha un programa para que otros inmigrantes sean elegibles para estos alivios «si el Congreso insiste en su negativa de aprobar una reforma migratoria».
Las políticas de Clinton y Sanders urgen también el cierre de los centros de detenciones para familias y niños, y la terminación del negocio de los centros privados de detención.
«Subcontratar estas funciones críticas del gobierno a corporaciones privadas puede contribuir, o tiene la apariencia de contribuir, con la superpoblación carcelaria», señala Clinton en su plan de gobierno.
Grupos civiles nacionales han criticado el sistema de cupos, que insta a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) a mantener ocupadas diariamente unas 34.000 camas, con un costo de 160 dólares diarios por indocumentado detenido.
Sanders se propone en los dos primeros años de un eventual mandato suyo dar fin a estos contratos con las corporaciones, al considerar «arbitrarias» dichas cuotas, según su programa de gobierno.
Ambos candidatos llegan al «supermartes» con la idea de sumar con el electorado latino, comunidad que mantiene entre sus prioridades la inmigración, especialmente en Texas, con un 38,6 % de hispanos elegibles para votar, y Colorado, con el 21,2 %.
Sin embargo, varias de sus propuestas, no sólo la reforma migratoria, dependen del Congreso. Es el caso del plan de Sanders para suprimir recursos para los programas que imponen las «cuotas de camas» y aquellos encaminados a las deportaciones.
Jonathan Fried, director de la organización comunitaria WeCount!, indicó a Efe que todo dependerá de «la composición del Congreso y la posición del Partido Republicano, que se ha virado a la extrema derecha hasta el punto que los tres principales candidatos tienen la misma política migratoria».
«Nadie sabe cuál va a ser la situación política después de la elección», señaló el activista.
Deja un comentario
Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos estan marcados con *