San Juan, 1 mar (EFEUSA).- Once alcaldes de Puerto Rico y 46 directores de agencias municipales de manejo de emergencias se reunieron hoy para establecer planes de acción y diseñar estrategias que ayuden a eliminar focos de propagación del mosquito que transmite el zika, así como el dengue y el chikunguña.
«Nuestra función es evitar los criaderos y las picaduras», resumió hoy en rueda de prensa la secretaria de Salud de la isla, Ana Ríus, tras participar de la reunión que se llevó a cabo en la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias (Aemead).
Junto a la titular de Salud, acudieron también los directores ejecutivos de la Aemead y de la Junta de Calidad Ambiental, Ángel Cortés y Weldin Ortiz, respectivamente; así como los alcaldes de Luquillo, Arroyo, San Lorenzo, Salinas, Yabucoa, Vega Baja, Toa Alta, Maunabo, Río Grande, Utuado y Florida.
«El rol más importante de los municipios es controlar la propagación del mosquito» Aedes aegypti, indicó Ríus sobre el insecto que transmite el zika, así como también el dengue y el chikunguña, y que está ampliamente extendido por la isla, así como por toda la región.
En su opinión, los alcaldes y los directores de las agencias municipales de manejo de emergencias son «las piezas más importantes» para detener la propagación de este mosquito, ya que de ellos depende la limpieza núcleos de concentración de agua donde se forman los criaderos de mosquitos, así como la erradicación de los vertederos clandestinos de neumáticos, favoritos para la crianza de este insecto.
En Puerto Rico, hasta el momento, se han confirmado 117 casos de personas con zika. La mayoría de estos caso se han dado en la zona este de la isla, y cinco de las afectadas son mujeres embarazadas.
El zika no es, por lo general, una enfermedad mortal, pero la incidencia en mujeres embarazadas durante los primeros tres meses de gestación se ha vinculado con casos de microcefalia y otros problemas serios sobre el bebé.
Según dijo la titular de Salud, las cinco mujeres embarazadas que padecen del zika en Puerto Rico «han pedido privacidad» sobre sus datos personales, y aseguró que la agencia sanitaria «les está dando todo el manejo de cuidado» para que sus embarazos sean normales y tratar de asegurar que sus hijos no tienen problemas de salud.
Ríus indicó además que entre las guías de cuidado que el Departamento de Salud ha implementado para las mujeres se incluye la realización de una ecografía mensual para supervisar si el bebé da muestras de alguna deformación cerebral.
En cualquier caso, insistió en que la decisión de terminar con el embarazo ante la detección del virus en el organismo de la madre «será exclusivamente decisión de ella y de su ginecólogo».
«Lo único que nos han permitido decir es que sus embarazos van normales», apuntó Ríus, quien agregó que a las mujeres, después de la semana número 15 de su de embarazado se le realizará también una amniocentesis.
Con esta prueba prenatal se extrae una pequeña muestra del líquido amniótico que rodea al feto para analizarlo en profundidad, lo que permite también detectar si éste ha sido contagiado por el virus.
Igualmente dijo que en el momento del alumbramiento del bebé, los médicos le realizarán todo tipo de pruebas, tanto al recién nacido como a su progenitora y al cordón umbilical para conocer si por este conducto se pudo haber transmitido el virus del zika.
Por lo que se sabe «hasta ahora», el virus inmuniza a quienes lo han padecido, según Ríus, quien recordó que para las mujeres embarazadas es especialmente importante evitar el contagio, sobre todo durante los primeros meses de gestación.
La enfermedad en la mayor parte de los casos pasa inadvertida y no requiere atención médica, aunque puede causar fiebre no muy alta; ojos rojos sin secreción y sin picazón; erupción cutánea con puntos blancos o rojos y, en menor frecuencia, dolor muscular y articular.
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