El Chapo deja de nuevo en evidencia a cárceles mexicanas con fuga de película

El Chapo deja de nuevo en evidencia a cárceles mexicanas con fuga de película

México, 12 jul (EFE).- Escapando por un túnel de 1,5 kilómetros, el narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa, dejó de nuevo este fin de semana en evidencia al sistema penitenciario mexicano al huir por segunda vez de una cárcel de máxima seguridad del país.

La última vez que se le vio en el penal Altiplano I, donde estaba recluido desde febrero de 2014, fue el sábado a las 20.52 hora local (01.52 GMT del domingo) cuando entró a la zona del presidio en la que habitualmente se bañan y lavan sus enseres los reos.

Según explicó este domingo en una comparecencia ante la prensa el titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, al ver que el tiempo se prolongaba y que el delincuente no salía, los guardas entraron y descubrieron «un hueco de 50 por 50 centímetros y 1,5 metros de profundidad».

El agujero, por el que «El Chapo» (apodo que significa bajo) debió pasar gracias a su corta estatura (1,55 metros), desembocaba en un conducto vertical de unos 10 metros de profundidad «con una escalera» que comunicaba a su vez con un túnel «que en línea recta representa más de 1.500 metros», indicó Rubido.

El túnel contaba con tubería de pvc para ventilación, alumbrado y una motocicleta adaptada sobre rieles que al parecer fue usada para sacar la tierra.

El pasaje, en el que se encontraron instrumentos de construcción, tanques de oxígeno y recipientes con combustible, «desemboca en un inmueble que se encuentra en obra negra al suroeste del centro federal (la prisión) en la colonia (barrio) Santa Juanita», detalló.

En la casa fueron hallados «mobiliario, enseres y otros objetos que indican que había presencia de trabajadores o veladores».

Altiplano I es una prisión federal ubicada en el municipio de Almoloya de Juárez, en el Estado de México, a 25 kilómetros de Toluca, la capital estatal, y a unos 90 kilómetros de Ciudad de México.

Es la segunda vez que Guzmán se escapa de una cárcel de máxima seguridad después de huir de la de Puente Grande, en Guadalajara (oeste de México) en enero de 2001.

Nacido en 1957, Guzmán comenzó su carrera criminal en la década de 1980 como lugarteniente de Miguel Ángel Félix-Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara, cuya detención en 1989 llevó a «El Chapo» a fundar su propia organización en Sinaloa, su estado natal.

En 1993 fue capturado en Guatemala y entregado a México, donde se le condenó a 12 años de prisión por un delito de cohecho.

El 19 de enero de 2001 se fugó de la prisión de Puente Grande, en el estado occidental de Jalisco, a bordo de un camión de limpieza gracias a la ayuda prestada por algunos funcionarios del penal.

Rubido explicó hoy que 18 guardas del penal Altiplano I están siendo interrogados, mientras las fuerzas de seguridad han iniciado una búsqueda que incluye la suspensión de operaciones en el aeropuerto internacional de Toluca.

La más reciente detención de Guzmán, el 22 de febrero de 2014, fue considerada el mayor golpe asestado al narcotráfico en México en una década, pues Estados Unidos ofrecía 5 millones de dólares por cualquier información valiosa que llevara a su captura y el país latinoamericano más de 2 millones de dólares.

Según la revista estadounidense Forbes, que desde 2008 elabora una lista de los diez fugitivos más buscados a partir de la información proporcionada por las distintas agencias de seguridad de EE.UU., Guzmán pasó a encabezar ese listado en 2011 a raíz de la muerte del terrorista Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda.

La misma publicación también lo clasifica entre los hombres más adinerados del mundo, con una fortuna de más de mil millones de dólares.

Al final de su comparecencia de prensa este domingo, Rubido salió raudo de la sala mientras una periodista le reclamaba en voz alta que explicara cómo era posible que Guzmán se hubiera escapado.

Pocos dudan de que en la operación debió ser fundamental el apoyo de sus compañeros del cártel de Sinaloa y probablemente de algunos guardas, aunque fuera por omisión de sus funciones.

Estados Unidos había expresado su confianza en la seguridad penitenciaria de México para evitar un episodio como el registrado este fin de semana, razón por la cual no había hecho público ningún pedido de extradición.

«El Chapo» cumplía en Altiplano I los tres años que le quedaban de su condena previa mientras la Justicia mexicana intentaba aumentar la pena con nuevos cargos vinculados a sus actividades delictivas.

La fuga sorprendió al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en Francia, donde este lunes inicia una visita de Estado.

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