Muere Kirk Kerkorian, magnate que quiso controlar industria del automóvil

Muere Kirk Kerkorian, magnate que quiso controlar industria del automóvil

Washington, 16 jun (EFEUSA).- El multimillonario estadounidense Kirk Kerkorian, que durante años intentó controlar los principales fabricantes de automóviles de EEUU, murió este lunes en Los Ángeles, informó hoy su firma de inversiones, Tracinda.

En un comunicado, Tracinda señaló que Kerkorian murió en la noche del lunes a los 98 años de edad.

Kerkorian se destacó por sus inversiones en Las Vegas en la década de los años sesenta y, posteriormente, con la compra del estudio de cine Metro-Goldwyn-Mayer (MGM).

En 1995, Kerkorian se alió con otro conocido empresario estadounidense, el expresidente de Chrysler Lee Iacocca, para intentar hacerse con el control del fabricante de automóviles.

Pero los dirigentes de Chrysler se opusieron al plan y Kerkorian vendió su participación en la empresa poco antes de que fuese adquirida por el consorcio alemán Daimler-Benz.

Tras su fracaso con Chrysler, Kerkorian fijó su interés en el mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, General Motors (GM).

En 2006, tres años antes de la grave crisis del fabricante que estuvo a punto de provocar su desaparición, Kerkorian se hizo con cerca de un 10 % de la accionariado de GM.

Ante la mala situación financiera de GM, Kerkorian propuso al entonces consejero general, Rick Wagoner, que la compañía francesa Renault se hiciese con un 20 % de los títulos de General Motors.

Tras la negativa de Wagoner, Kerkorian se desprendió de sus acciones en GM.

En 2007, ofreció a Daimler-Benz comprar el Grupo Chrysler por algo más de 4.500 millones de dólares, pero finalmente la firma alemana se decidió por la oferta del grupo inversor Cerberus, que pagó unos 7.400 millones de dólares por el fabricante estadounidense.

Un año después, Kerkorian empezó a invertir en Ford, el segundo fabricante de automóviles de Estados Unidos y que había iniciado la reestructuración de sus operaciones en anticipación de la grave crisis de 2009.

Kerkorian se hizo con alrededor del 6,6 % de Ford, lo que le costó unos 1.000 millones de dólares y le convirtió en uno de los mayores inversores individuales de la compañía.

Pero tras la dramática caída de las acciones de la compañía, el empresario abandonó su participación después de perder casi la mitad del dinero invertido.

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