Obama advierte que politizar el Supremo «erosionará» el sistema judicial

Obama advierte que politizar el Supremo «erosionará» el sistema judicial

Washington, 7 abr (EFEUSA).- El presidente, Barack Obama, advirtió hoy de que los republicanos están permitiendo que la "política partidista" cale en el Tribunal Supremo al negarse a confirmar a un nuevo juez, y que esa táctica podría "erosionar" gravemente el sistema judicial y la democracia en el país.

Obama visitó la Escuela de Derecho de la Universidad de Chicago (Illinois), donde dio clases durante alrededor de una década, para defender la necesidad de confirmar al magistrado que ha nominado para el Supremo, Merrick Garland, para cubrir la vacante dejada en la corte por el juez Antonin Scalia, fallecido en febrero.

Los líderes republicanos del Senado han prometido bloquear cualquier votación sobre Garland con el objetivo de que sea el próximo presidente, que asumirá el poder en enero de 2017, quien elija al sustituto de Scalia en la corte.

«Si el proceso de nominar a jueces está tan roto y es tan partidista que un jurista eminentemente cualificado ni siquiera consigue que le consideren, vamos a ver cómo la aguda polarización política que caracteriza nuestra política electoral se extiende al sistema judicial», alertó Obama en una charla con estudiantes.

«Los tribunales serán simplemente una extensión de nuestro Congreso y nuestra política. Y eso erosiona la integridad institucional de la rama judicial. La gente perderá la confianza en la capacidad de las cortes de decidir de forma justa sobre las controversias. Nuestra democracia no puede permitirse eso», agregó.

Obama pronosticó que la inacción sobre la vacante en el Supremo podría prolongarse incluso durante años.

«Digamos que Mitch McConnell (el líder de la mayoría republicana en el Senado) insiste en no mantener ninguna audiencia y no programar un voto (sobre Garland), y digamos que todo les sale como ellos quieren y su nominado (a la Presidencia), sea quien sea, gana (las elecciones) y designa» a otro juez para el Supremo, indicó.

«La noción de que entonces los demócratas dirían ‘vale, nos parece muy bien’, parece inconcebible. Así que los demócratas dirían ‘esperaremos otros cuatro años y ya veremos cuando llegue el nuevo presidente'», lo que podría llevar a una batalla política que sería «un desastre para las cortes», argumentó.

Según Obama, «no tiene precedentes» el hecho de que haya ocho jueces en el Supremo, que pueden empatar en varias decisiones, y que pueda haber «al menos dos sesiones» en la que la máxima instancia judicial del país emita veredictos con esa vacante.

La nominación de Garland, un juez moderado y respetado por ambos partidos, decepcionó a algunos en la izquierda del partido demócrata y a quienes esperaban ver un perfil que reflejara mejor la diversidad del país, después de que Obama nominara a dos juezas a comienzos de su presidencia, entre ellas la hispana Sonia Sotomayor.

«(Garland) es un hombre blanco, pero es un jurista realmente extraordinario», defendió Obama.

«Hay muchas causas progresistas por las que seguiré luchando mientras esté vivo», continuó, «pero estas no son cosas que normalmente va a poder hacer un juez del Tribunal Supremo, así que soy modesto en mis expectativas de lo que puede hacer la corte».

Por tanto, aunque «los valores» de los jueces que nomina le importan, no espera que puedan «rehacer la sociedad» para que se ajuste a causas progresistas, añadió.

Preguntado por una estudiante, Obama se mostró «moderadamente optimista» de que podrá aprobarse una reforma del sistema de justicia criminal este año, que reduzca las duras sentencias por delitos no violentos que afectan de forma desproporcionada a latinos y negros.

«No resolverá el problema de encarcelamiento masivo, porque ese proceso se creó a lo largo de varias décadas y llevará un tiempo revertirlo, pero la legislación que está pendiente en el Senado (…) acaba con la psicología de que tenemos que meter a mucha gente en prisión para mantener seguros a otros», aseguró.

En cuanto a la carrera presidencial, Obama opinó que los demócratas no están tan divididos como los republicanos y que el «impulso populista» en su partido es «saludable» en el sentido de «hacerse preguntas difíciles sobre la injusticia económica».

«El peligro, ya sea para demócratas o republicanos, está en un sistema cerrado en el que todo el mundo escucha solo a la gente que está de acuerdo con ellos (…). Esa es la mentalidad del (movimiento ultraconservador) Tea Party», y lleva a posiciones «cada vez más extremas que alienan al público en general», opinó.

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