Antología recoge la vida y obra del dramaturgo boricua José «Papo» Márquez

Antología recoge la vida y obra del dramaturgo boricua José «Papo» Márquez

Denver (CO), 10 jun (EFEUSA).- Una antología detalla por primera vez la vida y obra del dramaturgo puertorriqueño José "Papo" Márquez (1952-1988), autor de la popular y controvertida pieza, "Esquizofrenia Puertorricensis" (1977).

Gloria Waldman, editora de la antología y compañera de Márquez, recrea en «José (Papo) Márquez: Vida y obra del autor de ‘Esquizofrenia Puertorricensis'» la atmósfera de protestas y creatividad que marcó la creación teatral en la isla durante las décadas de los setenta y ochenta.

A pesar de su muerte prematura, Márquez dejó una huella profunda en la cultura puertorriqueña, en particular en el teatro popular con su obra más conocida.

«Quiero que la gente sepa lo original que fue la obra de ‘Papo’ -obra de vanguardia- y sus contribuciones significativas al movimiento de teatro popular», dijo Waldman a Efe.

La antología incluye los textos de «La terapia» (1982) y «Amordio» (1986), obras que, junto a «Esquizofrenia Puertorricensis», componen su importante trilogía teatral.

Waldman también incluye poesía, arte, ensayo, fragmentos de diarios, correspondencia íntima del escritor y reflexiones sobre su lucha contra el sida.

Estos documentos, aunados a los ensayos críticos, reseñas teatrales, artículos, afiches, apreciaciones y esquelas que también se recogen en el texto, esbozan las preocupaciones personales, políticas y estéticas de un «obrero de la cultura», comprometido con en pueblo y radical en sus propuestas de cambio.

El valor incuestionable de la antología radica no solo en haber recogido estos textos fundamentales del teatro puertorriqueño, sino también en la mirada íntima al ser humano detrás de la figura pública del dramaturgo y actor.

«Cómo recrear aquel momento en el tiempo, la energía, el cariño, el peligro, la importancia de la familia, de la patria, de la lealtad», escribe Waldman. «La tortura de amar a alguien adicto a las drogas…»

«Una obra de teatro es el plano de una casa a ser habitada por el corazón de una audiencia», escribió Márquez, «hay que construirla y darle terminaciones con cariño y esmero».

En base a esa definición, Márquez prefería el término de «carpintero diestro» a «la palabrota ‘dramaturgo'».

Según Waldman, Márquez se consideraba más que nada un «obrero de la cultura», término que señala no solo su orientación política sino también el protagonismo de la cultura popular boricua en su obra.

«Tenía la capacidad de sintetizar la experiencia puertorriqueña e incorporar distintos medios para comunicarse con distintas generaciones», recuerda Waldman, «la música de la calle, la plena y la bomba, la plasticidad de su movimiento cultural».

Su teatro estaba vinculado con el socialismo de la época, con exponentes como Osvaldo Dragún y Eduardo Pavlovsky, cuyas obras denunciaban la injusticia y proponían un cambio social y político mediante una puesta en escena orgánica y vital.

Siguiendo la dirección del Teatro Pobre de América, Márquez insistía en llevar la creación teatral a los lugares donde normalmente el teatro no llegaba, como a una cancha de baloncesto en el barrio La Perla o a los residenciales de vivienda pública.

Para Márquez, el teatro debía hacer que el público pensara, dudara y cuestionara sus posturas, metas que su «Esquizofrenia Puertorricensis» cumplía cabalmente.

Según Waldman, esta obra presenta una «crítica feroz del proceso de americanización de la isla y las presiones diarias de la asimilación cultural y social sobre la psique puertorriqueña».

La obra carecía de un guión explícito, era más un bosquejo, una secuencia de escenas que seguían los actores-músicos.

Por lo tanto, esta obra experimental resultaba diferente en cada puesta en escena, a menudo fundiéndose actores y público en una comedia absurda de trama existencial.

Según Waldman, parte del propósito al publicar el texto fue presentarles a las nuevas generaciones el espacio cultural de aquellos días y la obra vanguardista que engendró y de la cual son herederos.

«Los temas que él planteó, de la colonia, el coloniaje, la interferencia de los Estados Unidos, la interferencia lingüística… todos siguen tan vigentes hoy como en los 70 y 80», dijo. «Y su respuesta vanguardista sigue diciendo vanguardista».

(JOSÉ (PAPO) MÁRQUEZ: Vida y obra del autor de Esquizofrenia Puertorricensis. Gloria Waldman, Ed. Nomos. 417 páginas).

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