Acogen con agrado mensaje de papa Francisco en catedral San Patricio

Acogen con agrado mensaje de papa Francisco en catedral San Patricio

Nueva York, 25 sep (EFEUSA).- El papa Francisco compartió hoy la tradicional oración de la tarde de los religiosos, con sacerdotes, monjas y seminaristas en la catedral San Patricio, en su primer acto en Nueva York, poco después de su arribo a esta ciudad.

También con algunos feligreses invitados, que llegaron desde diversas partes del estado para conocer al pontífice, que en su mensaje habló sobre los casos de pedofilia «que han escandalizado a la iglesia» y hecho sufrir «a muchos por la vergüenza».

Su mensaje fue recibido con beneplácito por religiosos como Jorge Valdivia, ordenado sacerdote en mayo de 2016, quien considera que el primer papa latino «está resucitando a una iglesia muerta por los escándalos».

«La está sacando de la oscuridad a la luz. Sus palabras tienen el poder de la renovación. Nos está dando una nueva vida, está levantando una iglesia derrotada», aseguró Valdivia, que viajó desde el condado de Rockland, al norte de Nueva York, para asistir al evento en una abarrotada y remozada catedral San Patricio.

El pontífice argentino llegó a Nueva York procedente de Washington, en su primera visita oficial a EE.UU., y fue recibido y despedido con aplausos por religiosos y feligreses que esperaron por él varias horas, así como por centenares de personas que se aglomeraron detrás de las vallas de seguridad fuera de la iglesia.

«Me tocó mucho su mensaje, era importante que hablara de eso y ojalá que haya tocado a muchos. Eso ocurrió, hay que pedir perdón y seguir adelante», dijo por su parte el joven seminarista Benito Guerrero, mientras que el sacerdote Lorenzo Hato, director de comunicaciones de la catedral, dijo que le dan bienvenida a sus palabras.

Recordó que tras esos escándalos «vivimos tiempos de paz» y destacó que el Arzobispado de Nueva York, creado en 1808, continúa tomando precauciones con el personal que trabaja con niños en las escuelas católicas «para cuidar que no sucedan esos casos».

Lucero, una madre mexicana que acudió al servicio religioso y que considera que el jerarca católico es siempre «atinado con sus comentarios», señaló que pese a los escándalos de pedofilia «siempre he confiado en la iglesia».

«Creo que lo que hay que tener es más comunicación con los hijos para que si un sacerdote le toca de forma indebida, te lo diga», señaló la inmigrante, que se ausentó hoy de su empleo para estar hoy allí.

La llegada del papa, que generó gran expectativa en la ciudad, ocurrió bajo extremas medidas de seguridad, que incluyeron el cierre de varias calles aledañas, acompañado por una verja metálica, vallas de seguridad, policías, servicio secreto y centros de control similares a los aeropuertos por el que pasaron todas las personas autorizadas para ingresar a la catedral.

El público comenzó a llegar desde las 10 am y sus gritos se oyeron a lo largo de la Quinta Avenida cuando la caravana del papa se acercó a la iglesia, que recibió al sumo pontífice con una nueva cara, tras haber sido renovada, un trabajo que tomó tres años y que concluyeron dos días antes de su llegada.

Mientas, en la catedral, sonrientes religiosos de diversas congregaciones, conversaban animadamente, se tomaban fotos y no faltaron los «selfies», y el coro de la catedral interpretó varios temas, en su mayoría de Mozart y Bach, aunque no faltó el «Ave María» del compositor argentino Aztor Piazzolla.

Con el anuncio de que el papa «está aterrizando en Nueva York» se escuchó un aplauso que retumbó en la catedral y su llegada a los predios fue seguida desde el interior a través de las pantallas de la iglesia por un público que parecía no respirar ni pestañar para no perder un segundo.

Su paso hacia el altar llenó de emoción a muchos como al seminarista Joseph Ducan, que esperaba un mensaje que trajera esperanzas y reviviera a la iglesia.

Duncan, de origen ecuatoriano, no ocultaba su emoción al asegurar que sanó totalmente de la leucemia que casi le cuesta luego de seguir su vocación.

«Casi me habían desahuciado, dijeron que ya no podían hacer nada por mi», recordó y agregó que luego de esa experiencia «es bien emocionante estar aquí. Nunca lo imaginé».

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