Pekín, 14 may (EFE).- El Gobierno chino confirmó hoy que realizó labores de seguimiento de un buque de la Armada de EEUU que entró recientemente en aguas del Mar de China Meridional, disputadas por Pekín y otras naciones vecinas, aunque aseguró que está en su derecho a ello y advirtió de que esas tareas de vigilancia seguirán.
«China tiene soberanía indiscutible sobre las islas Nansha (Spratly) y sus aguas adyacentes, por lo que tiene derecho a tomar medidas para evitar que su seguridad nacional se vea amenazada, con el fin de prevenir accidentes», subrayó hoy en rueda de prensa una portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying.
«El buque estadounidense entró en una zona en la que China lleva a cabo labores de vigilancia, y continuaremos esas labores en el futuro en respuesta a cualquier acción que ponga en peligro la seguridad nacional y la soberanía», aseguró la portavoz.
Según la web oficial de la Armada estadounidense, su navío USS Fort Worth fue seguido de cerca -en una fecha no especificada- por buques del Ejército de Liberación Popular chino durante su tránsito por el Mar de China Meridional, donde se encuentran archipiélagos reclamados por China y otros países de la zona.
Pese a las tensiones, la portavoz china aseguró que la comunicación entre Pekín y Washington en cuestiones marítimas sigue abierta, y expresó el deseo de que la parte norteamericana «respete y obedezca la ley internacional y los derechos e intereses chinos».
El incidente se produce pocos días antes de que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, visite Pekín y se reúna con el ministro de Exteriores, Wang Yi, un encuentro en el que se espera que los conflictos del Mar de China Meridional estén en un lugar prioritario de la agenda.
Por otro lado, la portavoz Hua restó hoy importancia a que EEUU haya decidido no invitar a China a unas conferencias sobre seguridad marítima que celebrará próximamente en Hawai y a las que asistirán una docena de naciones asiáticas, entre ellas las que protagonizan mayores disputas territoriales con Pekín (Vietnam, Filipinas y Japón).
«Preguntar si China considera la no invitación como un insulto es minusvalorar a China», aseguró hoy la portavoz, quien afirmó que «cualquier país tiene derecho a invitar a otros a reuniones, mientras éstas conduzcan a la paz y la estabilidad».
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