Dice adiós la librería Tres Américas, centro cultural latino de Chicago

Dice adiós la librería Tres Américas, centro cultural latino de Chicago

Chicago (IL), 29 feb (EFEUSA).- La librería Tres Américas cierra esta semana en Chicago y lo hace después de 30 años en los que su actividad cultural y literaria la llevaron a convertirse en un punto de encuentro indispensable para las letras latinoamericanas en la ciudad.

Esta amplia librería, a la que acudían con frecuencia autores de renombre como los mexicanos Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska para presentar sus obras, ha surtido las necesidades literarias, culturales y artísticas de los hispanos de Chicago desde 1988.

A pesar de estar situada en el barrio de Irving Park, a varias millas al noroeste del centro de la ciudad, los aficionados hispanos a la lectura no tenían inconveniente en llegarse hasta allí para encontrarse con cientos de libros en español en todos sus ricos géneros.

Un letrero en su puerta anuncia el cambio que varios hispanos en la ciudad lamentan ya. «La Librería Tres Américas estará cerrando próximamente», dice un letrero a mano. «Aproveche los descuentos».

Los hispanos Humberto Gamboa y Carlos Cabrera crearon esta librería a finales de la década de los ochenta, cuando la presencia de los hispanos en la ciudad comenzaba a florecer y desde entonces su papel como centro cultural fue cobrando relevancia.

«¿Vienes a escribir el epitafio de la librería?», preguntó Gamboa nada más iniciar su entrevista con Efe en el interior de Tres Américas, caracterizada por sus anaqueles repletos de libros en español desde el piso y casi hasta el techo.

Gamboa, de 61 años, dice ser un «librero» de profesión y menciona que aprendió el oficio en una librería llamada Europa Books que solía estar sobre la famosa Calle Clark. Trabajo allí durante seis años y luego, junto con Cabrera, decidió abrir Tres Américas.

«He sido un vendedor de libros por 33 años», explica Gamboa mientras camina a un cuarto posterior, también repleto de libros, al igual que tres grandes mesas.

«Este lugar está todo desordenado», reconoce el librero, que ha empezado a empacar algunas cajas con libros y varios afiches ya están amontonados sobre una mesa.

A través de los años, explica Gamboa, la librería se convirtió en centro cultural, lugar de reuniones para escritores aspirantes y conferencias con autores como la puertorriqueña Rosario Ferrer, los mexicanos Monsiváis y Poniatowska y autores locales como Alejandro Ferrer, Adolfo Colon, John Barry y Susana Cavallo.

La hospitalaria librería también se convirtió en uno de los centros de exhibición de películas del Festival Latino de Cine de Chicago en donde tanto actores, guionistas, productores y directores compartían con el público su amor al séptimo arte.

Con tristeza, Gamboa menciona que el 4 de marzo cerrará la librería, pues, tras pasar por una cirugía cardiovascular, no se siente con las fuerzas necesarias para soportar las largas jornadas que requiere este negocio.

La noticia del cierre de esta librería ha corrido por la ciudad e incluso llegó a Puerto Rico, en donde Marc Zimmerman, un profesor emérito de estudios latinoamericanos de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC), comenta sobre la pérdida que significa este espacio para los hispanos.

«Cuando visitabas aquí sabías que tenías a dos amigos con Humberto y Carlos. Ellos saben mucho de libros; me da mucho pesar, mucha tristeza», afirmó Zimmerman a Efe.

Este catedrático sugiere que los avances de la tecnología y la nueva costumbre de comprar libros en línea han devastado a lugares como Tres Américas.

«A través de los años, demasiados de nosotros hemos comprado libros en Amazon», precisó.

A la perdida de este espacio se suma la reciente pérdida de otros centros culturales y sociales de la comunidad latina de la ciudad como Casa Aztlán, el restaurante Nuevo León, que se quemó en diciembre, y el cierre de la Galería Carlos y Domínguez, en Pilsen.

«Nuestro pasado (en la ciudad) se está perdiendo poco a poco», señaló Zimmerman en entrevista telefónica desde San Juan.

Carlos Heredia, activista y maestro jubilado, también alabó el trabajo de Gamboa y Cabrera, de los que fue socio durante un tiempo al frente de Tres Américas.

«Más que una librería, este era un centro cultural en los noventa», apuntó Heredia. «Fue la base para aglutinar a los autores locales y fue un lugar de importantes reuniones literarias. La vamos a extrañar».

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