Inmigrantes y precandidatos, invitados de contraste al discurso del papa

Inmigrantes y precandidatos, invitados de contraste al discurso del papa

Washington, 23 sep (EFEUSA).- Los contrastes dominaron hoy en los palcos del Congreso, donde invitados tan diferentes como el precandidato presidencial Ben Carson o líderes de grupos de defensa de los inmigrantes escucharon el primer discurso de un papa ante el pleno del Legislativo estadounidense, reunido en sesión conjunta.

El papa Francisco fue invitado por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, de confesión católica, como el 31 % de sus compañeros del Legislativo, un porcentaje superior al del 22 % de católicos de la sociedad estadounidense.

La esposa de Boehner, Debbie, se encargó de acomodar en la galería de la Cámara de Representantes a los cuatro invitados de su marido, que por ser el presidente de la Cámara Baja puede hospedar a más personas que el resto de legisladores, que cuentan con solo una invitación.

Entre sus invitados destacó Teo Nowakowski, la madre de Paula T. Nowakowski, la anterior jefa de gabinete de Boehner, por la que sentía un especial cariño y que falleció en 2010, así como Jerry Vanden Eyden, un amigo de la infancia del republicano, con el que estudió en una escuela católica.

Uno de los invitados más originales fue el neurocirujano retirado Ben Carson, católico y uno de los aspirantes más populares para lograr la candidatura presidencial republicana, por la que compite, entre otros, con el magnate inmobiliario Donald Trump.

El legislador de Carolina del Sur Mark Sanford fue el encargado de invitar a Carson, que esta semana profirió unos polémicos comentarios religiosos en el programa de la cadena NBC «Meet the Press», cuando afirmó que rechazaría tener a un musulmán como presidente de Estados Unidos.

En el otro lado de la bancada -y del espectro político y social- se sentó la presidenta del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU, por sus siglas en inglés), Mary Kay Henry, férrea defensora de un aumento del salario mínimo, que fue invitada por la líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi.

Varios líderes comunitarios dedicados a ayudar a los inmigrantes indocumentados también encontraron su lugar en la concurrida bancada del Congreso gracias a la invitación de legisladores demócratas como Juan Vargas (California), o Luis Gutiérrez (Illinois), uno de los rostros más visibles en la lucha por una reforma migratoria.

Monseñor Richard Duncanson, pastor de la Misión de San Diego de Alcalá, en la ciudad de San Diego (California), fue el invitado de honor de Vargas para quien, por razones de fe, el discurso del papa tiene una importancia especial.

Cuando era joven, el congresista hispano ingresó en la orden jesuita (la misma que la del papa), decidió trabajar durante años con comunidades desfavorecidas de California y llegó a viajar a El Salvador para prestar auxilio a niños huérfanos del país centroamericano, según su oficina.

Para mostrar de una forma más evidente su aprecio al pontífice, la presidenta del Caucus Hispano del Congreso, Linda Sánchez, optó por vestirse con una blusa amarilla y un traje blanco -los colores de la bandera del Vaticano- en señal de bienvenida al papa.

«Es como si estuviera apoyando a un equipo de la Universidad. Soy 100 % del equipo de Francisco», destacó Sánchez en un comunicado difundido por su oficina.

Mientras el papa daba su histórico discurso ante el Congreso, en el exterior, miles de personas esperaban a que Francisco saliese al balcón del edificio que aloja las cámaras del Congreso para saludarles.

Entre los invitados, en el exterior figuraban algunas de las mujeres que peregrinaron cien millas para pedir al papa Francisco que «toque el corazón» de los congresistas, encargados de decidir sobre una reforma migratoria para regularizar a los inmigrantes indocumentados del país.

A la sesión conjunta del Congreso asistieron, además, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, de confesión católica, y el vicepresidente, Joe Biden, también católico, en calidad de presidente del Senado y que se sentó detrás del papa junto a Boehner.

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