Nueva York, 1 mar (EFEUSA). - Las angustias financieras que sufre Puerto Rico está creando una crisis humanitaria que afecta a los boricuas en EE.UU, atentos día a día lo que ocurre en su país, que semanalmente ve partir hasta a 3.000 de sus residentes, según un estudio.
La grave situación en la isla, que ha llevado a la mayor emigración desde la década de 1950, ha llevado a puertorriqueños en diversos estados a ayudar económicamente a sus familiares, acogerlos en sus hogares y a crear un movimiento nacional, con el apoyo de varias principales organizaciones comunitarias, en un intento por sacar a su país de la crisis.
«No hay dudas de que es una emigración masiva, desde la década de 1950 y si se sostiene podría sobrepasarla», aseguró a Efe el historiador y profesor de la Universidad pública de Nueva York, Carlos Vargas.
Indicó que se estima que en la década de 1950 unos 50.000 puertorriqueños dejaban su país cada año para establecerse en diversos estados, principalmente en Nueva York. «En ese periodo se trasladaron medio millón de puertorriqueños», recordó.
«Mucha gente está emigrando ahora sin tener empleo ni allá ni acá. Vienen a ver si tienen suerte», señaló.
De continuar esa emigración, 156.000 personas estarían dejando el país al año, el equivalente a mas de dos veces la población de Harlem dejando Nueva York en un año, destaca el informe «Puerto Rico: Pain and Profit», presentado hoy.
Las severas medidas de austeridad con el recorte de fondos y el aumento en impuestos en más de 50 % que ha puesto en marcha el Gobierno para pagar una deuda de 72.000 millones de dólares amenazan el acceso a servicios básicos de salud y educación con el cierre ya de escuelas.
También ha habido un gran impacto en hospitales, donde hay colas de pacientes en camillas y escasez de enfermeras, señala el informe, realizado por la coalición HedgeClippers.
El estudio, que hace un retrato de la crisis, su causa y efecto, presenta historias de puertorriqueños, cómo les afecta la situación y que critican al Congreso y la administración de Barack Obama por no ayudar a la isla por la crisis que dura más de ocho años.
Advierte que con una tasa de pobreza alarmante del 45 %, «el austero presupuesto de la isla está tornando rápidamente la crisis en un total desastre humanitario» que expulsa a los puertorriqueños de su país y lleva a inversores a la isla por leyes y políticas que le están convirtiendo en un «paraíso fiscal».
«No he regresado a la isla porque el mercado está muy difícil para los abogados», dijo a Efe Julio López, que salió del país bajo la pasada administración de gobierno, cuando debido a la situación fiscal se despidieron 30.000 empleados públicos.
López, que trabaja como organizador para un grupo comunitario en Connecticut que se ha unido a la lucha por la isla, indicó que su familia y la de su esposa están en Puerto Rico y expresó su preocupación por el futuro incierto de su padre, abogado para el servicio a indigentes que se retirará este año.
«Mi madre también se retira este año y una de las preocupaciones es qué sucederá en el Sistema de Retiro en uno o dos años» que ha sido objeto de agresivas reformas, señaló.
Yulissa Arce, de Orlando (Florida), principal destino de la nueva emigración, destacó por su parte que la situación «ha sido muy difícil» para sus familiares, en particular para su abuela, con Alzheimer, a la que ayudan económicamente luego de que su pensión se redujera de 400 dólares mensuales a la mitad.
Ottoniel Figueroa y Alejandro Manzanares, radicados en Massachussetts, respondieron a la crisis creando Alianza por Puerto Rico y Stand Up Puerto Rico, respectivamente para ayudar a su país.
«Aquí hay cerca de 280.000 puertorriqueños preocupados por lo que ocurre, algunos de los cuales llegaron recientemente y se establecieron en distintas ciudades impactando el presupuesto local y a sus familias, que han tenido que cuidar de ellos porque no tienen dónde ir», indicó Figueroa.
«Es duro dejar tu país porque los bancos han decidido que hay que despedir maestros y policías o cerrar escuelas para ellos recibir su pago» de la deuda, afirmó.
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