Miami, 14 may (EFEUSA).- El condado de Miami-Dade quiere transferir las operaciones del Museo Vizcaya, una lujosa villa construida entre 1914 y 1923 muy visitada por turistas, informó hoy un medio local.
Las autoridades locales quieren que una compañía sin ánimo de lucro gestione esta atracción turística y establecer un tipo de acuerdo similar al que mantiene con el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts y el Pérez Art Museum Miami, recogió el diario Miami Herald.
De llegar a un acuerdo, el citado condado mantendría la propiedad de los terrenos del museo y construcciones, al tiempo que «fijaría reglas para el acceso del público a este histórico complejo con embarcadero abierto en 1916», apuntó el rotativo.
El Museo Vizcaya, enclavado en la bahía del mismo nombre, cuenta con 70 empleados y debe su existencia al empresario James Deering, quien amasó una fortuna en la industria agrícola y decidió levantar en Miami su residencia de invierno.
Esta decisión de las autoridades locales responde a una «reorganización basada en una serie de recomendaciones y preocupaciones compartidas» sobre el futuro del museo debido a una posible falta de fondos.
Por ello, en el condado esperan que un acuerdo de este tipo con una empresa sin ánimo de lucro relanzará las finanzas del enclave y servirá para su expansión hacia los terrenos del vecino Museo de Ciencias Patricia y Phillip Frost, que se ha mudado al centro urbano de la ciudad.
El condado de Miami-Dade destinará este año 2,5 millones de dólares para subsidiar el museo, casi una tercera parte de su presupuesto, que asciende a 7,5 millones.
Centros como el Arsht, PAMM y otras instalaciones culturales dependen de los subsidios públicos para equilibrar sus presupuestos.
La propuesta del alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, deberá ahora ser aprobada o rechazada por la comisión del condado, agregó el citado periódico.
La villa se encuentra rodeada de jardines clásicos que evocan las fincas señoriales típicas de Italia y Francia. Los terrenos se extienden hasta el mar, al que se accede por medio de un embarcadero con forma de barcaza de traza medieval.
Designada como monumento histórico por el Gobierno estadounidense por su arquitectura, jardines e interiores, es además lugar de celebración de importantes actos oficiales, como el encuentro del presidente Ronald Reagan (1981-1989) y el papa Juan Pablo II en la década de 1980.
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