Enseñanza del español en escuelas de Miami es insuficiente, según maestros

Enseñanza del español en escuelas de Miami es insuficiente, según maestros

Miami, 17 jun (EFEUSA).- La enseñanza de la lengua de Cervantes es una prioridad para muchas familias hispanas en el condado de Miami-Dade, pero, pese a los esfuerzos realizados por los responsables de Educación, los modelos aplicados dejan todavía mucho que desear, explicaron hoy profesores a Efe.

El sistema de colegios públicos de este condado, el cuarto mayor distrito escolar de Estados Unidos, con cerca de 400 centros de educación y unos 345.000 alumnos, lidia en las aulas con una gran mayoría de estudiantes que tienen el español como lengua materna.

Y en casos como la ciudad de Miami, donde el 70 % de la población es de origen hispano, el castellano «es el primer idioma, al menos en casa. Quizá no un español académico, pero español al fin y al cabo», dijo a Efe Eric Dwyer, profesor asociado de Enseñanza de Lenguas Extranjeras en la Universidad Internacional de Florida (FIU).

En este contexto social, le resulta «extraño» a Dwyer la escasa ambición de los dos modelos de enseñanza de español que rigen en la mayoría de los centros públicos del condado: uno, el denominado tradicional («Second Language»), de media hora de duración diaria, y el «Extended Foreign Language», un programa de una hora diaria, en su aplicación más frecuente.

Sin embargo, tanto el corto número de horas que se imparte en ambos modelos como el hecho de que no se aborde ninguna otra materia escolar que no sea la propia del idioma impide que el niño aprenda su lengua materna con precisión y llegue a dominarla.

Dwyer, quien apuesta de forma rotunda por la educación «dual», es decir, el bilingüismo en la red pública, lamenta que, a la postre, los padres tengan que buscar «fuera de la escuela para dar a sus hijos una educación en español», una opción asequible solo a «los más ricos».

«Encontramos muy a menudo que los abuelos se disgustan aquí en Miami porque no pueden hablar con sus nietos de la manera que les haría felices, porque casi no hablan el idioma materno», una situación que, sin embargo, afronta con optimismo el docente, al menos «con más confianza que hace diez años».

Propone el profesor el uso de modelos exitosos como el implantado en colegio público Carlos Finlay Elementary (desde el jardín de infancia a quinto grado), que utiliza un programa bilingüe en el que el 60 % de las clases se imparten en inglés y el 40 % en español, en el estudio de todas las materias escolares.

Otro factor esencial es la «formación y motivación» del profesorado, la mejora de su habilitación linguística. «Ayudar a los maestros» es clave, resaltó.

Por todo ello, el FIU y la Junta de Escuelas Públicas del condado de Miami-Dade firmaron recientemente un acuerdo para que los «docentes reciban clases intensivas bilingües (español-inglés)» y puedan mejorar su rendimiento.

En cuanto al ambicioso programa «Extended Foreign Language», este se articula en tres modelos. Desafortunadamente, es el primero («A») el que ha cobrado en los últimos años mayor impulso, pese a que, en opinión de la experimentada profesora Rosa Castro Feinberg, sus resultados son pobres.

«Dura una hora diaria y no incluye ningún otro contenido de enseñanza» que no sea el estudio del idioma. «Es una pérdida de tiempo total», afirmó a Efe Castro, quien se mostró partidaria de aplicar, antes que éste, los modelos «B» y «C», con clases español de 1,5 y de 2,5 horas diarias, respectivamente, y sobre diferentes asignaturas.

«Simplemente, el primer modelo no vale. No sigue los principios del modelo que cuenta con el respaldo de las investigaciones, que muestran que el uso de los dos idiomas para aprender materias» es el que tiene éxito, apostilló.

El cubano Villien Hernández, padre de dos hijos, una niña de 9 años y un chico de 7, señaló a Efe que el tiempo de clase en español le parece escaso.

«Nosotros les obligamos (a sus hijos) a que respondan a nuestras preguntas y hablen con nosotros en español, pero, sobre todo la niña, suele respondernos en inglés», comentó con cierto disgusto.

Si al concluir el ciclo escolar los alumnos hablan un español muy torpe, «¿De quién es la culpa?», se preguntó Castro, para responder que es el sistema escolar el responsable final de este fracaso.

«Los padres pueden apoyar; pero, si la escuela hace su parte, los niños que entran en primer grado hablando español no tienen por qué perderlo a través de los años», hizo hincapié esta profesora de 76 años que dedicó toda su vida a la enseñanza del español.

Se alegró de que los comisionados de la Junta Escolar del condado hayan decidido crear un grupo de trabajo con «expertos locales y nacionales» para «examinar y resolver problemas y actualizar los programas de enseñanza del español».

Beatriz Zarraluqui, directora de la división de educación bilingüe e idiomas del condado de Miami-Dade, elogió, sin embargo, el «gran rigor» del programa «Extended Foreign Laguage», que se imparte ya en 138 colegios, y que exige una mayor cualificación de los docentes, como la obtención del «Elementary Certification».

El objetivo del superintendente de las Escuelas Públicas del Condado Miami-Dade, Alberto Carvalho, era, dijo Zarraluqui a Efe, la «eliminación del programa de español tradicional» para concentrarse en el modelo «Extended Foreign Laguage».

Pero resultó que «un grupo de maestros de español no se acogieron al llamado de Carvalho y no obtuvieron esta certificación para enseñar en un aula», por lo que actualmente se mantienen los dos programas.

Aclaró la experta que «no necesariamente hay una falta de profesores, sino que muchos maestros nacidos aquí entienden el español, pero no tienen la fluidez para enseñarlo, sobre todo en cuarto y quinto grado». «De ahí viene el problema», precisó.

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