Toronto (Canadá), 31 may (EFE).- El líder garífuna hondureño Ángel Colón, que sufrió torturas y prisión durante seis años en México hasta que la presión de Amnistía Internacional (AI) consiguió su liberación en 2014, denunciará el martes en el Parlamento canadiense las "torturas y abusos" que padecen los emigrantes centroamericanos.
Colón, antiguo presidente de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), fue detenido por la Policía mexicana en la ciudad fronteriza de Tijuana cuando intentaba llegar a Estados Unidos para buscar trabajo en el país norteamericano y costear el tratamiento de cáncer de su hijo.
Tras su detención, Ángel fue torturado durante horas por efectivos del Ejército y la Policía mexicanos antes de ser trasladado a una base militar y puesto a disposición de la Procuraduría General de la República.
Colón fue acusado de formar parte de un grupo de narcotraficantes pero el garífuna hondureño denunció posteriormente que la confesión que justificó la imputación fue extraída bajo torturas y que durante años sufrió abusos físicos y psicológicos por parte de las autoridades mexicanas, en parte por ser negro.
Durante años, Colón languideció en una de las prisiones de más alta seguridad del país, conocida popularmente como «El Rincón», en Nayarit, hasta que en julio de 2014 su caso fue adoptado por Amnistía Internacional (AI) como preso de conciencia tras la intermediación de la organización mexicana Centro Prodh.
En septiembre de ese año, el secretario general de AI en Canadá, Alex Neve, le visitó en prisión y el 15 de octubre, Colón fue liberado por las autoridades mexicanas.
En declaraciones a Efe pocos días antes de su previsto testimonio ante el Subcomité Internacional de Derechos Humanos del Parlamento canadiense que está estudiando la situación en México, Colón dijo que el país latinoamericano «no es seguro para nadie ahorita», especialmente para los emigrantes centroamericanos.
«Por ejemplo, en la frontera norte de México existe una violencia armada exagerada de tal forma que a muchos emigrantes los matan a la luz del día. Si identifican que portas recursos económicos en efectivo o que crean ellos que tienes dinero, puedes ser secuestrado para pedir dinero por tu rescate», explicó.
«Y lo otro es que, si no cooperas con los delincuentes, te matan. Puede caer en un retén militar o de la Policía y si estas personas se dan cuenta que tiene dinero, pueden entregarlo al crimen organizado. Y esas son las actividades a la luz del día», continuó.
Colón señaló que quiere que los parlamentarios canadienses conozcan su historia «como víctima de la tortura en México» y que pedirá a Canadá que exija a México «que ofrezca ciertas garantías a los emigrantes» en ese país y que «haga justicia a las personas que han sido víctimas de la tortura».
Alex Neve dijo que es «muy importante» que los parlamentarios canadienses escuchen a Colón.
«En el mejor de los casos, los parlamentarios, el Gobierno canadiense y el público tienen un conocimiento general de que hay problemas en México, de que hay violencia y conflicto con grupos de narcotraficantes. Pero no hay un entendimiento real de la gravedad de esta crisis y su extensión», dijo.
Para el abogado Luis Eliud Tapia, representante de la ONG mexicana Centro Prodh que denunció inicialmente la situación de Colón, el caso del líder garífuna es sólo «un botón de muestra» de lo que está pasando en México.
«Según datos del propio gobierno, se documentaron 7.000 quejas de 2010 a 2013. Además hubo un aumento del 600 % de 2003 a 2013. De 219 a 1.500 casos de tortura. De desaparición forzada de personas, el propio gobierno ha reconocido la desaparición de 23.000 personas desde 2007 hasta la fecha», explicó Tapia.
«En el caso de los inmigrantes, dos informes de 2009 y 2010 documentaron las denuncias de 20.000 casos de inmigrantes desaparecidos en territorio mexicano», añadió.
«El Gobierno mexicano ha intentado que queden en la impunidad y en el silencio. Pero a partir de investigaciones periodísticas tanto de medios nacionales pero principalmente de medios internacionales, se ha denunciado que lo que pasa en México no es aislado y no es particular, es una grave crisis de derechos humanos», terminó señalando.
Amnistía Internacional dijo que casos como el de Colón demuestran el error del Gobierno canadiense en incluir en 2013 a México en su lista de «país seguro» en temas de derechos humanos.
La designación hace prácticamente imposible que individuos procedentes de México, ya sean mexicanos o de otra nacionalidad, puedan pedir refugio en Canadá.
«Todo en el caso de Ángel subraya que México no es un país seguro para la protección de los derechos humanos. Debería hacerse una contundente recomendación para retirar a México de la lista de países seguros», explicó Neve.
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