Lima, 14 may (EFE).- La ciudad peruana de Arequipa, en el sur del país, vive hoy una jornada de tensión en su tercer y último día de paro convocado esta semana en apoyo a las protestas en la provincia de Islay contra el proyecto minero Tía María, de la mexicana Southern Copper, que ya deja tres muertos y más de 200 heridos.
El general de la Policía, Enrique Blanco, aseguró al Canal N que piquetes de entre cincuenta y cien personas, integrados por gremios como Construcción Civil y otras organizaciones estudiantiles, se movilizaron durante la mañana con «actitudes de violencia» por las calles de la ciudad.
El paro en Arequipa fue convocado por la Federación de Trabajadores en solidaridad con los campesinos del Valle del río Tambo, quienes hoy cumplen 53 días de paro indefinido en la provincia de Islay.
La ciudadana arequipeña Carol Gómez denunció a Radio Programas del Perú (RPP) que uno de los piquetes bloqueó una de las avenidas que comunica la ciudad con el aeropuerto y atacó un autobús interprovincial y a un taxi con pasajeros, a los que les lanzaron piedras.
Otros testigos también señalaron que el puente Añashuayco, que conecta a Arequipa con las ciudades Puno y Cuzco, permanece bloqueado por otro grupo de manifestantes.
Los medios locales también informaron que cientos de habitantes del distrito de La Joya, a unos 70 kilómetros al suroeste de Arequipa, bloquearon seis kilómetros de la carretera Panamericana Sur, donde quemaron neumáticos e incluso vehículos en desuso.
La ministra peruana de Energía y Minas, Rosa María Ortiz, reiteró hoy a Radio Exitosa la necesidad que supone para el Gobierno peruano encontrar interlocutores válidos entre los dirigentes de la protesta para poder reanudar un diálogo frustrado en dos ocasiones en las últimas semanas.
Ortiz consideró que el presidente del Frente de Defensa del Valle del Tambo, Pepe Julio Gutiérrez, está desacreditado después de que el canal Willax TV difundiera una conversación telefónica donde solicitaba a un abogado pedir a la minera una compensación económica a cambio de suspender el paro y abandonar la oposición al proyecto.
«A los dirigentes solo les interesaba obtener un lucro de este tema. Sabían que sentados en una mesa para dialogar, todos sus objeciones al proyecto se ‘desinflarían'», manifestó Ortiz.
Los líderes de la protesta ratificaron el lunes que continuarán con la huelga, a pesar de que durante el fin de semana el Gobierno ordenó la militarización de Islay.
Southern Copper, filial del Grupo México, anunció el pasado 27 de marzo que seguirá desarrollando el proyecto, horas después de que su portavoz oficial en Perú informara su cancelación por lo que definió como «terrorismo antiminero».
Southern contempla la inversión de unos 1.400 millones de dólares para la construcción de Tía María, cuya producción estimada es de 120.000 toneladas métricas anuales de cátodos de cobre a partir del inicio de sus operaciones.
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