Washington, 6 jun (EFEUSA).- El secretario de Defensa de EE.UU., Ashton Carter, está trabajando con la Casa Blanca en una propuesta para el Congreso con el fin de cerrar la prisión para sospechosos de terrorismo en Guantánamo (Cuba), un objetivo que el presidente estadounidense, Barack Obama, se marcó al llegar al poder.
Carter informó sobre el plan a los periodistas que le acompañaban este viernes en el avión de regreso a Washington después de su gira por Singapur, India y Alemania, según recogen hoy medios estadounidenses.
«Respecto de Guantánamo, estoy trabajando con la Casa Blanca para preparar un plan que después entregaremos al Congreso para discutirlo» con los legisladores, dijo Carter, de acuerdo con una transcripción de sus palabras proporcionada por el Pentágono.
«Opino que este es un paso muy constructivo. Es importante ver si podemos encontrar un camino que sea lo suficientemente respaldado (por miembros del Congreso) para que podamos hacerlo, y creo que esto es una buena oportunidad», añadió el titular de Defensa.
El Senado comenzó a debatir esta semana un proyecto de ley anual para autorizar las actividades del Pentágono, al que el senador republicano John McCain y el demócrata Joe Manchin han añadido una cláusula que permitiría a Obama cerrar Guantánamo si presenta un plan para transferir los presos que quedan y el Congreso lo aprueba.
«El presidente Obama ha dicho desde el día uno de su presidencia que quiere cerrar Guantánamo, pero seis años y medio después, el presidente nunca ha proporcionado un plan para hacerlo», afirmó McCain este miércoles en el pleno del Senado.
Si el Congreso aprobara el plan, los legisladores podrían levantar las restricciones que prohíben el traslado de prisioneros de Guantánamo a Estados Unidos o el gasto de fondos para construir o reformar una instalación estadounidense para albergarlos.
McCain aseguró el miércoles que el plan encontraría «un lugar adecuado» en Estados Unidos donde los prisioneros estarían «bajo absolutamente las mismas» condiciones legales que están en la base naval de Guantánamo, donde no han tenido acceso a las garantías legales obligatorias en el país norteamericano.
No obstante, algunos republicanos, entre ellos el aspirante a la presidencia de EE.UU. Ted Cruz, se oponen rotundamente a cualquier plan para cerrar la cárcel de Guantánamo, abierta después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Cuando llegó al poder en enero de 2009, Obama prometió cerrar en el plazo de un año la prisión para sospechosos de terrorismo, y desde entonces ha apuntado a las trabas del Congreso para el traslado de los presos como el principal obstáculo que le ha impedido cumplir esa promesa.
La Administración de Obama ha avanzado mientras tanto en el traslado de prisioneros a terceros países, y en la cárcel quedan actualmente 122 presos de los cerca de 800 que llegó a albergar a comienzos de la década pasada, la mayoría de ellos sin que se presentaran cargos en su contra.
El Pentágono no ha efectuado transferencias de presos desde enero, pero tiene previsto reanudar pronto los traslados de los 57 presos de Guantánamo que han recibido el visto bueno para ser enviados a un tercer país.
El cierre de Guantánamo también se ve entorpecido por el temor de legisladores y expertos de que los expresos de Guantánamo, donde se produjeron interrogatorios con tortura y se creó un sistema fuera de las garantías legales estadounidenses, se unan a grupos radicales islámicos tan pronto salgan de la prisión.
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