Washington, 26 feb (EFEUSA).- Jane Sanders se enamoró de Bernie Sanders por sus ideas, y ahora es la principal encargada de inyectar esperanza en los discursos del aspirante demócrata a la Presidencia de EEUU, convencida de que, si resulta elegido, "transformará" el país y de que es "el mejor candidato" para los hispanos.
En una entrevista con Efe, la esposa de Bernie Sanders defendió que no es ingenuo tratar de impulsar una «revolución política» en la que el pueblo exija una red social más fuerte, en un país que «cada vez se acerca más a una oligarquía» política y económica.
«Si Bernie resulta elegido, será para transformar Estados Unidos, el modo habitual de hacer política. No va ser lo mismo, el poder va a estar más en manos de la gente, de las comunidades», aseguró Jane Sanders en una entrevista telefónica desde Hibbing (Minesota).
La aspirante a primera dama, de 65 años, acompaña a su marido allá donde va y se ha convertido en una asesora fundamental en la campaña, con la tarea de humanizar a un candidato al que no le gusta hablar demasiado de sus logros personales ni de su vida privada.
«Intento que la gente se haga una idea de cómo es personalmente, porque él no suele hacerlo. No cree que sea relevante», explicó.
En Estados Unidos, donde las historias de infancia y familia se consideran fundamentales para cosechar votos y no hay candidato que no tenga una foto besando a un bebé ajeno, el rival de Hillary Clinton en la carrera demócrata destaca por su opacidad en esa área, con contadas menciones a sus cuatro hijos y siete nietos.
«Creo que ése es uno de sus puntos fuertes. Solo quiere hablar de lo que afecta la gente, en lugar de venderse a sí mismo», aseguró su esposa.
Es ella la que se encarga de contar, por ejemplo, que Bernie sabe algo de español, «aunque no lo habla bien», y que ha estado estudiándolo durante varios años «cuando tenía tiempo».
«Cuando vamos a países (de Latinoamérica) intenta hablarlo y escuchar a la gente. Y lo consigue, probablemente no podría dar un gran discurso, pero puede hablar con la gente en las calles», dijo.
Bernie y Jane han viajado juntos a Cuba, Bolivia, Perú, Chile y México, y él ha visitado además por su cuenta Argentina y Nicaragua.
«(En EEUU) No estamos prestando la atención suficiente a nuestros vecinos en el continente. ¿Por qué no hacemos más con ellos en el sentido económico, de educación, en todo?», preguntó.
Según Jane, el mensaje del senador Sanders para los hispanos «es el mismo» que para el resto de la población, pero los problemas económicos de los que habla «impactan todavía más a los latinos» y a otras minorías.
Aún así, ella niega que, al enfatizar los problemas económicos, su marido esté ignorando las brechas raciales en el país, algo de lo que suelen acusarle los defensores de Hillary Clinton.
«Él es muy consciente de que aquellos que tienen retos económicos lo pasan todavía peor con la intolerancia racial; y que incluso si están bien (financieramente), hay muchos asuntos que afectan a la gente simplemente debido a su raza», sostuvo.
Clinton ha criticado también a Sanders por su voto en contra de la reforma migratoria en 2007 -algo que su esposa justifica por unas cláusulas que creaban condiciones «cercanas a la esclavitud» para los inmigrantes temporales- y Jane cree que «lamentablemente», eso ha perjudicado la imagen de su marido entre los latinos.
«Cuando un rival distorsiona tus ideas, es difícil» superarlo, indicó Jane, quien espera que más hispanos den su respaldo a Bernie porque «es el mejor candidato para ellos» y defiende «un plan de (reforma de) inmigración muy amplio».
Jane Sanders, una organizadora comunitaria y doctora en política, conoció a su marido en 1981, la noche en que fue elegido alcalde de Burlington (Vermont). Bernie tenía 47 años y un hijo de una relación anterior cuando se casó siete años más tarde con ella, que estaba divorciada y tenía tres hijos.
«La primera vez que le oí hablar, pensé que encarnaba todo en lo que creía, las ideas básicas con las que me habían educado. Me intrigó, me inspiró, me pareció un hombre concienciado y sincero. De inmediato quise trabajar con él, y cuando le conocí mejor, me enamoré de él muy rápidamente», recordó.
La misión de Jane es que Bernie inspire también a otros, y por eso le recuerda a menudo que, entre sus menciones a la corrupción del sistema político y la erosión de la clase media, inserte también algo de esperanza.
Fue ella quien dio forma al anuncio más emblemático de la campaña, el que mezcla imágenes de Sanders con otras de estadounidenses con la melodía nostálgica del clásico de Simon & Garfunkel «America» como único apoyo.
«En todos los otros anuncios aparecía él hablando constantemente, así que pensé que era mejor (quitar sus declaraciones) y simplemente inspirar, con la música y las imágenes», relató.
De llegar a la Casa Blanca, a Jane le gustaría ser una primera dama centrada en «los niños y las familias», por los que ha trabajado toda su vida, y seguiría «asesorando» a Bernie sin llegar a ocupar un cargo político específico en su Administración.
La primera dama a la que más admira es Eleanor Roosevelt, porque era «una verdadera servidora del pueblo», lo que la acerca aún más a su marido, que suele citar a Franklin Delano Roosevelt (1933-1945) como su presidente preferido.
«No me había dado cuenta», dijo Jane al recordársele la coincidencia. «Supongo que estamos sincronizados».
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