Washington, 13 ago (EFEUSA).- Los tres marines que se encargaron de bajar la bandera de EEUU en Cuba tras la ruptura de relaciones en 1961 viajarán mañana a La Habana para volver a colocar esa enseña "donde debería estar", frente a la embajada estadounidense, según aseguraron en un vídeo publicado hoy por el Departamento de Estado.
Larry Morris, Mike East y Jim Tracy viajarán a La Habana dentro de la comitiva que acompaña al secretario de Estado, John Kerry, y participarán en el acto donde se izará la bandera estadounidense ante la embajada por primera vez en 54 años.
Los tres eran marines a cargo de la seguridad de la embajada en La Habana el 4 de enero de 1961, cuando su suboficial a cargo pidió voluntarios para arriar la bandera por última vez, antes de abandonar Cuba y cerrar la misión diplomática.
«Creo que el suboficial a cargo dijo algo acerca de: los infantes de Marina más grandes y más feos que puedas encontrar, envíalos aquí», aseguró el sargento mayor de artillería retirado Jim Tracy, de 78 años, en un vídeo publicado en inglés y en español por el Departamento de Estado en la red social YouTube.
La tarea recayó sobre Tracy, el guardia de mayor rango en la embajada; Morris, un soldado que hoy tiene 75 años; y East, un cabo que llegaría a ser sargento de artillería y que hoy tiene 76.
«La embajada tiene unas puertas grandes de cristal, y por ellas salimos los tres. Nos detuvimos en los escalones. Afuera había unos 300 cubanos, pero la acera quedó despejada. Nos acercamos a la bandera y no había nadie en la acera. Sabían lo que íbamos a hacer», recordó Tracy.
Morris se emociona al describir el momento en que decidieron doblar la bandera tal y como les habían enseñado, y East lo recuerda como un «momento conmovedor».
«Supongo que tenemos un vínculo especial con Cuba. Es un vínculo que no se puede expresar con palabras», afirmó East.
«Con mi esposa he estado casado 44 años y he hablado con ella de Cuba durante 44 años», aseguró entre risas Morris, que apenas pasó cuatro meses en la isla pero le gustó «mucho más que ningún otro sitio» en el que haya estado.
Según Morris, la bandera estadounidense «está regresando a donde debería estar», frente a la embajada del país en La Habana.
Después del anuncio de normalización de las relaciones diplomáticas, en diciembre pasado, Tracy telefoneó a Morris y bromeó con él sobre la posibilidad de volver a Cuba e izar la bandera.
«Y le dije: ‘Jim, pagaría mi propio pasaje si tuviese que hacerlo'», indicó Morris.
East, por su parte, aseguró que ahora que sabe que asistirá a la ceremonia, piensa «cada noche» en el momento en que se alzará de nuevo la bandera, porque eso «significa muchísimo».
Junto a ellos, también volverá a La Habana otro de los testigos del cierre de la embajada estadounidense en 1961, el exdiplomático Wayne Smith, que se ha pasado el último medio siglo abogando por el diálogo entre Estados Unidos y Cuba.
«Será casi como volver a casa», aseguró Smith, de 82 años, en una entrevista con Efe.
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