San Juan, 15 jul (EFEUSA).- El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, confía en haber logrado suficientes apoyos entre los legisladores como para conseguir que se revise la Ley de Quiebras para que la isla pueda acogerse a ella como un Estado más de EE.UU.
Así lo defendió en un comunicado durante su viaje a Washington, donde mantiene diversas reuniones con legisladores federales, para tratar de recabar apoyos al proyecto de Ley presentado hoy por varios legisladores en el Senado para incluir a Puerto Rico en la protección del Capítulo 9 de la Ley de Quiebras.
«Tengo la esperanza de que el debate en el Congreso impulsará este proyecto para que se convierta en ley, con apoyo bipartita», dijo el gobernador sobre una propuesta que busca dar un marco legal a las empresas públicas puertorriqueñas para declararse en quiebra.
Según dijo, el Capítulo 9 «es una opción que los Estados tienen a su disposición, para sus ciudades y corporaciones públicas, por lo que no hay razón alguna que justifique que Puerto Rico, sus acreedores y sus ciudadanos no tengan las mismas protecciones».
Una vez más reiteró que es necesario que el Congreso federal adopte esta y otras medidas «para que juntos podamos resolver la situación fiscal actual» de Puerto Rico, cuyos habitantes, según recordó, también son ciudadanos estadounidenses.
«El Capítulo 9 proveerá a Puerto Rico, y a sus 3,5 millones de ciudadanos americanos, el marco jurídico fundamental que nos permitiría ajustar nuestras deudas con el fin de generar crecimiento económico y lograr estabilidad fiscal a largo plazo», defendió.
Varios senadores demócratas radicaron hoy un proyecto de Ley similar pidiendo esta inclusión de Puerto Rico, una iniciativa en línea con lo que ya había hecho el propio representante de la isla en Washington, Pedro Pierluisi, y que García Padilla calificó hoy de «alentadora».
«Mi Administración continuará promoviendo medidas de reducción de gastos y de creación de empleos en Puerto Rico», prometió el gobernador de la isla.
Por su parte, Pierluisi agradeció a los senadores que respaldaron este proyecto paralelo al suyo y reiteró su «disponibilidad a trabajar junto a ellos para lograr aún más apoyos, tanto de republicanos como demócratas».
«Debido a que Puerto Rico es un territorio, y no un Estado, los 3,5 millones de ciudadanos americanos que residen en la isla no pueden elegir senadores que protejan y promuevan sus intereses», recordó en un comunicado.
Por ello, «tenemos que depender de la buena fe de senadores que no fueron electos por el pueblo de Puerto Rico ni le responden directamente».
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