Miami, 20 oct (EFE).- El buque "El Faro", desaparecido en Bahamas el pasado 1 de octubre con 33 tripulantes, zarpó de Florida en dirección a Puerto Rico a pesar de la "advertencia" de huracán en la zona emitida por el Centro Nacional de Huracanes (CNH).
Así lo reflejan los primeros resultados de la investigación hecha pública hoy por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (NTSB).
La investigación oficial revela que el carguero, propiedad de la empresa TOTE Marítime de Puerto Rico, zarpó de Jacksonville, en la costa este de Florida, «tres horas después» de que el CNH, con sede en Miami, advirtiera de que la tormenta Joaquín probablemente se convertiría en huracán un día más tarde, como así fue.
Según el informe de la NTSB, un organismo independiente que investiga accidentes de transporte, «El Faro» zarpó a las 8:15 pm del 29 de septiembre, después de que los meteorólogos advirtieran de que la tormenta tropical Joaquín probablemente se intensificaría.
A primera hora de la mañana del día 30 de septiembre la tormenta Joaquín se convierte en un fuerte huracán, y a las 1.12 pm el capitán, Michael Davidson, envió un correo electrónico informando de su intención de «esquivar» la tormenta por una ruta a 100 kilómetros (65 millas) de distancia del centro de la misma.
La investigación refleja que la primera alerta saltó a las 7 de la mañana del 1 de octubre, cuando el barco sufría ya alguna avería con vías de agua y problemas graves de propulsión.
La última alerta llegó a las 7.17 de la mañana de ese 1 de octubre, cuando se pierde todo contacto con el barco, que en ese momento navegaba a unos 50 kilómetros al noreste de las islas Crooked, en el archipiélago de las Bahamas.
En ese momento el ciclón ya era de categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson (de un máximo de cinco) y presentaba vientos de más de 200 kilómetros por hora.
La investigación de la NTSB reveló también que al menos dos calderas de «El Faro» necesitaban tareas de «mantenimiento», y de hecho tenían fijada su revisión para el próximo 6 de noviembre.
Los investigadores todavía confían en encontrar el barco y recuperar la «caja negra» y las grabaciones con las conversaciones del capitán, que podrían arrojar más luz sobre las últimas horas del buque.
Con ese objetivo se dirige ya hacia las Bahamas un barco de la Armada de Estados Unidos, el USNS Apache, que lleva consigo equipos de búsqueda y rastreo avanzados.
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