Mexicana cumple once meses en santuario de Tucson para evitar la deportación

Mexicana cumple once meses en santuario de Tucson para evitar la deportación

Tucson (AZ), 7 jul (EFEUSA).- La mexicana Rosa Robles Loreto, uno de los tres indocumentados refugiados en santuarios del país para evadir la deportación, cumple hoy once meses en una iglesia Santuario en la ciudad de Tucson, en Arizona.

La mexicana es la inmigrante que más tiempo ha pasado en santuario en Estados Unidos desde que en 2006 su compatriota Elvira Arellano estuvo refugiada un año en una iglesia en Chicago, en Illinois.

«Lo más difícil es el tiempo que he pasado separada de mis hijos, pero al mismo tiempo es por ellos que estoy haciendo este esfuerzo», dijo hoy Robles Loreto a Efe.

La inmigrante llegó al país en 1999 y nunca había tenido problemas con las autoridades hasta que fue detenida por una infracción de tráfico y por no tener una licencia de conducir, y luego entregada a las autoridades de inmigración.

Robles Loreto, quien se refugia en la iglesia Presbiteriana del Sur, fue una «víctima» de la ley estatal SB1070, aprobada en 2010 en Arizona, la cual otorgó a los departamentos policiacos la autoridad de cuestionar el estatus migratorio de las personas.

Activistas, políticos, líderes religiosos y miembros de la comunidad en Tucson han ofrecido a apoyo a esta inmigrante que se ganaba la vida limpiando casas.

La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) ha informado a Robles que ella puede salir cuando quiera de la iglesia, pero no han detenido el proceso en su contra, lo que la pone en riesgo de ser deportada.

La inmigrante mexicana teme que ICE quiera hacer un «ejemplo» de su caso para evitar que más personas opten por buscar santuario cuando enfrentan una deportación.

Algo que parece estar marcando la diferencia en el caso de Robles es que ella no tiene hijos ciudadanos de Estados Unidos, sus hijos y su esposo son mexicanos, por lo que no sería beneficiada inclusive si entra en vigor la orden ejecutiva del presidente Barack Obama que se encuentra detenida en una corte en Texas y que otorga un alivio migratorio a cinco millones de inmigrantes indocumentados.

Los otros dos indocumentados refugiados en iglesias son el mexicano Arturo Hernández García, en Denver, Colorado, desde el pasado octubre, y la activista guatemalteca de la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transexual (LGBT) Sulma Franco, en Austin, Texas, desde junio pasado.

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