México, 13 jul (EFE).- A casi 48 horas de que el peligroso narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán escapara de un penal de máxima seguridad de México, las fuerzas de seguridad mexicanas siguen buscando al capo en medio de crecientes críticas al Gobierno por lo sucedido.
El secretario de Gobernación (ministro de Interior) de México, Miguel Ángel Osorio Chong, encabezó este lunes una reunión con los titulares de la Comisión Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Eugenio Imaz Gispert.
También celebrará una mesa de trabajo con la titular de Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), Arely Gómez, y otra con gobernadores de diversas entidades, antes de dar declaraciones sobre el caso sobre las 19.00 hora locales (24.00 GMT).
Osorio Chong regresó el domingo de Francia, donde iba a participar en una visita de Estado encabezada por el presidente, Enrique Peña Nieto, que ese mismo día en un mensaje desde París consideró la fuga «una afrenta al Estado mexicano» y anunció que ha dado instrucciones para dar con el paradero del narcotraficante.
El hecho de que Peña Nieto no haya modificado su visita, sumado al relativo silencio gubernamental tras informar el domingo por la mañana sobre cómo había escapado el capo de la droga, ha alimentado las críticas a su gestión y dado pie a teorías sobre la huida.
«Esta fuga refleja en parte la poca prioridad que ha dado este Gobierno al tema de la seguridad», dijo este lunes en entrevista con Radio Fórmula el exdirector de Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen), Guillermo Valdés.
Valdés recordó que la desaparición de 43 estudiantes en el municipio de Iguala, en el sureño estado de Guerrero, a manos de autoridades corruptas y el crimen organizado el pasado septiembre ya causó «otra crisis de seguridad».
Denunció que, a pesar de que Peña Nieto anunció tras el suceso medidas para combatir al crimen organizado, el avance desde entonces ha sido «prácticamente nulo».
«Falta mucha información, una tarea como la realizada por todos los individuos que sacaron a este señor (Guzmán) de la cárcel va a tener que ser desglosada y conocida a fondo», apuntó en la misma emisora el secretario de Seguridad Pública en los primeros cuatros años del gobierno de Vicente Fox (2000-2006), Alejandro Gertz Manero.
Gertz Manero consideró que, más allá de buscar «chivos expiatorios» y «responsables morales», conviene conocer la «verdad» a fin de «tranquilizar la opinión pública».
Estas críticas, extendidas entre los analistas y la opinión pública, reflejan la indignación y consternación que se vive en México tras saberse que el líder del Cártel de Sinaloa escapó el sábado del Centro de Readaptación Social Número 1 Altiplano, en el municipio de Almoloya del central Estado de México.
Es la segunda vez que el narcotraficante, considerado uno de los más peligrosos por México y Estados Unidos, huye de una prisión de alta seguridad.
En 2001, se fugó de la prisión de Puente Grande, en el estado occidental de Jalisco, a bordo de un camión de limpieza, mientras que en esta ocasión lo hizo a través de un túnel de 1,5 kilómetros que comunicaba con un domicilio en los terrenos cercanos al penal.
El periodista especializado Jesús Lemus Barajas, encarcelado en un penal de alta seguridad entre 2008 y 2011 y posteriormente liberado por falta de pruebas, acusó al Gobierno de mentir porque «ningún reo se mueve solo por el penal».
Lemus afirmó que probablemente «El Chapo» se fugó «por la puerta principal vestido de visita» y denunció que está prohibido andar fuera de la celda pasada las seis de la tarde, cuando presuntamente Guzmán escapó en una visita al baño a las 20.52 hora local (01.52 GMT).
El ingeniero civil y especialista en túneles Mauricio Flores reforzó esta teoría en entrevista con Imagen Radio, pues dijo que para excavar el pasaje por el que Guzmán escapó se necesitaba «muchísima gente» y «material especializado», que hubieran dificultado llevar a cabo la obra sin despertar sospechas.
Dijo que para la construcción del túnel se requirieron los planos de la instalación y la participación de ingenieros.
Indicó que lo más complicado fue acceder a la regadera porque las cárceles de máxima seguridad cuentan con una base de concreto armado debajo de la construcción.
Por ello, es «casi seguro que salió por la puerta principal», sentenció también él.
A falta de más detalles, continúa un megaoperativo en nueve estados del país para recapturar «El Chapo» y permanecen detenidos 31 empleados del penal, entre ellos el director de la cárcel, Valentín Cárdenas Lerma, cuyo testimonio en los interrogatorios a los que son sometidos pueden aportar la luz de la que por ahora carece el caso.
El suceso puede suponer un duro golpe a la popularidad de Peña Nieto, ya mermada tras el caso Iguala, y muchos esperan algún tipo de purga en el Gobierno por la fuga del peligroso delincuente.
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